¿Qué transporte público?

Señores Camps y Barberá: me limito a pedirles que respeten a los ciudadanos. De sobras es conocida su alergia a todo lo público, pues aludo a un problema que he tenido en un servicio de esa clase. Cuál no ha sido mi sorpresa al llegar a la estación de metro de la Avenida del Cid y he visto que ninguna de las dos máquinas expendedoras de billetes admitía billetes. Para más inri, no había nadie en la ventanilla que me pudiera expender dicho billete que necesitaba. Una gran impotencia me ha invadido. No todos los ciudadanos queremos (o podemos) usar el transporte privado que ustedes están empeñados en potenciar.

Yo les rogaría que dejen de exprimirnos con la subida de impuestos municipales que no se plasman en nada, especialmente en los marginados servicios públicos. No ponen personal ni medios para un correcto funcionamiento de esos servicios. ¿Tan difícil es?

Y, ya digo, no sólo me refiero al transporte público, también las "maravillosas" residencias privadas donde languidecen nuestros mayores, las bibliotecas de centros secundarios sin personal que los atienda... es un reflejo de su aversión a lo público

Menos trasvases inviables, ciudades con nombres altisonantes y rascacielos. Los baqueteados ciudadanos nos conformamos con bastante menos.