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Desde el Pacífico
Columna
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Apple es de Venus...y los demás son de Marte

BELLAS IMÁGENES, buena música e ideas atractivas, el espectáculo ofrecido por Steve Jobs en el MacWorld de San Francisco el 11 de enero bien puede compararse con una buena película. El acontecimiento anual cuenta entre los rituales del mundo informático, pero nadie tiene más talento que Steve Jobs para ofrecer productos atractivos sin jamás perder un ritmo endiablado, ni aburrir. El público de macófilos convencidos participa, aplaude y comulga como si fuera una misa de gospel.

El show, sin embargo, resulta esencial para entender la evolución de Apple, que se puede resumir con la fórmula: "Apple es de Venus; Microsoft, Dell, Sun, Linux y los demás son de Marte". No digo esto por su símbolo de la manzana. Apple apuesta por el placer y deja lo demás a sus competidores. Apuesta por el entretenimiento contra el trabajo o, para quienes laboran con Mac, apuesta por el trabajo estético frente el tedio corporativo.

Jobs, patrón de Apple y de Pixar, está creando nuevos espacios en el mundo del entretenimiento hasta poder establecer un puente entre ambos
Apple apuesta por el placer y deja lo demás a los otros. Apuesta por el entretenimiento frente al trabajo o, para los que laboran con Mac, apuesta por el trabajo estético frente al tedio
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Casi todos los nuevos productos presentados o anunciados apuntan en esta dirección. Spotlight, por ejemplo, es un elegante sistema de indexación del contenido del disco duro de una computadora. Su integración en el corazón del sistema operativo (en Tiger, la próxima versión de Mac OS X) le confiere una potencia y facilidad de uso impresionante. Funciona de maravilla para montar un álbum con las fotos digitales de familia.

iLife presenta una atractiva paleta de programas para tratar video, música y fotos, todo lo que tiene que ver con el entretenimiento.

Más que una computadora barata (500 dólares), el Mac mini es un accesorio caro para el iPod de los dueños de PC deseosos de aventurarse -cautelosamente- en territorio Mac.

El más totalmente cool de los productos presentados por Jobs es probablemente el iPod Shuffle, un miniaparato que selecciona al azar la música dentro de las piezas favoritas del aficionado y que se puede llevar como prenda de moda: constatación de que es la forma de uso más común del iPod. Permite eliminar botones inútiles, bajar el precio sin prescindir de la calidad tanto del audio como de la estética.

Para mostrar la buena salud de su empresa, Jobs explicó que tres de los productos más vendidos por Amazon.com en la categoría Electrónica de Consumo tenían el logo de la manzana.

Hoy en día el valor de las acciones de Apple depende mucho del iPod. Le da una quinta parte de sus ingresos (alcanzó un 70% del mercado de los reproductores portátiles; vendió cinco veces más iPods en el 2004 que en el 2003 (10 millones en total en tres años) mientras que las computadoras no consiguen por ahora rebasar la marca del 3% del mercado mundial. De tal manera que Apple, muchas veces definida como una compañía de software, se está transformando en una de diseño de máquinas y programas.

El legendario Doc Searls, editor de Linux Journal y macófilo convencido me hizo notar que "hay muy pocas cosas para los desarrolladores". Es cierto. En MacWorld, Apple ofrecía un pequeño espacio para ellos, una fracción del espacio dedicado a Mac Mini o al iPod Shuffle.

Algunos analistas estimaban un día antes de la presentación de Jobs que el futuro de Apple dependía menos de una computadora barata que de un grabador capaz de satisfacer tanto a Hollywood como a Silicon Valley. Un aparato que trajera, gracias a la digitalización, la mejor calidad visual imaginable al hogar.

Jobs no ha presentado dicho aparato, pero ya está listo todo lo necesario para que traerlo valga la pena. Varias veces mencionó que 2005 sería "el año del vídeo de alta definición". iLife e iMovie van en esa dirección. Sólo faltan ahora el aparato y el servicio que lo acompaña (de la misma manera que el iPod no sería nada sin iTunes).

Incapaz de ganar terreno en el mercado de las computadoras, Jobs, patrón de Apple y de Pixar, está creando nuevos espacios en el mundo del entretenimiento hasta poder establecer un puente entre ambos. Nadie tiene mejores herramientas para realizar esa unión anunciada. Apple se está forjando una nueva identidad mestiza.

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