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El emotivo funeral de Victoria de los Ángeles llena la basílica de Santa Maria del Mar

La ceremonia se inició con 'Parsifal', de Wagner, y acabó con 'El cant dels ocells'

La intensa espiritualidad del preludio de Parsifal abrió el funeral de Victoria de los Ángeles, que ayer congregó en la basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona a más de un millar de personas. La música de Wagner, Mozart y Brahms -interpretada por la orquesta y el coro del Liceo bajo la dirección de Sebastian Weigle-, y el calor humano de amigos, autoridades y familiares de la artista transformaron la ceremonia religiosa en una emocionante manifestación popular de respeto, admiración y gratitud hacia la gran soprano catalana, fallecida el sábado a los 81 años.

La masiva respuesta popular fue un nuevo testimonio del cariño y la admiración de los ciudadanos de Cataluña por Victoria de los Ángeles. Al final de la ceremonia, que cientos de personas tuvieron que seguir de pie, las muestras de afecto y gratitud culminaron en un intenso y respetuoso aplauso que acompañó la salida del féretro.

En las primeras filas, junto a la familia de la soprano, las autoridades rindieron un último homenaje a la irrepetible artista con una representación encabezada por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall; el conseller en cap, Josep Bargalló; la consejera de Cultura, Caterina Mieras, y otros miembros del Ejecutivo catalán; el alcalde de Barcelona, Joan Clos; el concejal de Cultura, Ferran Mascarell; el líder de CDC, Artur Mas, y el director general del INAEM, José Antonio Campos Borrego, en representación del Ministerio de Cultura.

El Liceo quiso tributar a Victoria de los Ángeles el homenaje que ella se se negó siempre a recibir en vida: el coro y la orquesta, verdadero corazón del coliseo lírico barcelonés, interpretaron bajo la batuta de su director titular, Sebastian Weigle, fragmentos de obras de Wagner, Brahms y Mozart durante la misa, oficiada por el rector de la basílica de Santa Maria del Mar, Albert Taulé.

El preludio de la ópera de Richard Wagner Parsifal, que sonó mientras el féretro era conducido hasta los pies del altar; el espíritu de resignación y dulzura del primer movimiento del Réquiem alemán, de Johannes Brahms; el sublime 'Lacrimosa' del Réquiem de Mozart, y al finalizar la misa el emotivo lirismo popular de El cant dels ocells, tocado en solitario por el violonchelista Cristóforo Pestalozzi, constituyeron el fondo musical de la ceremonia.

No faltaron colegas, como la soprano Joan Sutherland, el tenor Josep Bros, los directores de orquesta Antoni Ros Marbà y Salvador Mas, y el pianista y compositor Albert Guinovart.

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Los aplausos en homenaje de la soprano volvieron a sonar de forma espontánea en la calle al paso del coche que transportaba el féretro. Los restos mortales de Victoria de los Ángeles fueron trasladados al cementerio de Montjuïc.

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