Más puntos que méritos
Barça y Madrid suman dos victorias sin brillo alguno en un día trágico por la muerte de un bebé del valencianista Caneira
El Barça ha perdido fútbol y el Madrid, que ni lo tuvo ni lo tiene, ha mejorado su cosecha de resultados en el tramo final de la primera vuelta. A día de hoy, ninguno inspira confianza. Ayer, uno y otro superaron sus asaltos de forma angustiosa y con cierta bula arbitral. El Barça no tiene el brillo que le entronizó a principios de curso y ahora está tieso. Incluso sus victorias, como la lograda frente a la Real (1-0), le suponen una aventura lunar. Cuatro de sus últimos cinco triunfos le han anudado la garganta: Getafe, Albacete, Levante y Real, cuatro equipos de la zona destemplada de la clasificación, le tuvieron contra las cuerdas. La Real aguantó el tipo durante 80 minutos, hasta que Eto'o cabeceó su 14º gol. Previamente, el equipo de Amorrortu había soportado un penalti imaginario en contra a los cuatro minutos -fallado por el goleador camerunés-, la expulsión de Prieto a la hora del partido y varias paradas soberbias de Valdés, sobre todo dos duelos directos con Nihat. Falto de frescura y con Ronaldinho en su papel más borroso, el Barça ha llegado al final de la primera vuelta en el alambre. El peaje de las lesiones ha hecho picadillo el maravilloso puzzle construido por Rijkaard en septiembre. Pese a llegar con la lengua fuera, el Barça ha cerrado una vuelta soberbia, con 45 puntos, una marca sólo comparable a la lograda por el Atlético del doblete (1995-96).
El Madrid, por su parte, ha concluido el primer envite segundo, a siete puntos del líder, más cerca de lo que esperaba hace pocas semana. Con la reconversión invernal ha mejorado su puntería. Por ahora, nada más. Ante el Zaragoza (3-1) se sintió aliviado por la calamitosa actuación de un árbitro que perdonó la expulsión a Figo, concedió un gol a Ronaldo con cuatro madridistas en fuera de juego y se tragó un penalti a lo Marchena de Salgado a Villa.
El tercer candidato, el Valencia, se dejó dos puntos en Pamplona (0-0) en el empate más triste del año. Muy poco antes del inicio del choque se conoció la muerte de una hija de ocho meses de Caneira, defensa valencianista. Los equipos quisieron suspender el partido, pero el árbitro no encontró con quién consultar en la federación, que, por lo visto, los domingos no tiene cobertura. Otro increíble disparate del fútbol español.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.