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Reportaje:

La vivienda encumbra al bono

El mercado de renta fija española se coloca entre los grandes de Europa para financiar el 'boom' inmobiliario

A simple vista nada tienen que ver los bonos con la vivienda. Sin embargo, el fuerte crecimiento del crédito solicitado por las familias españolas para adquirir la vivienda en pleno boom de precios ha tenido consecuencias en el mercado de renta fija que se ha convertido en uno de los más grandes de Europa. Un crecimiento rápido que ha llevado, incluso, a igualar el tamaño de la deuda pública.

Uno de cada cuatro euros que se han pedido en créditos hipotecarios se ha financiado a través del mercado de renta fija
En las emisiones denominadas en euros, la renta fija privada ha superado a la deuda pública, después de una hegemonía de décadas
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Unas emisiones muy solventes

El mercado español de renta fija donde se negocian bonos, obligaciones o pagarés ha sido tradicionalmente poco importante. Únicamente los pagarés de empresa, forzados por un entorno de altísimos tipos de interés, ofrecía volúmenes comparables con otros países europeos. Además, el escaso tamaño de la industria española y su secular ligazón con los bancos, no dejaban mucho espacio para que las empresas buscasen su financiación en los mercados.

Otro factor que impedía la financiación vía renta fija era la fuerte exigencia de dinero por parte del Estado desde la década de los ochenta. El papel público dejaba poco margen a la financiación empresarial y por cada peseta que se demandaba al mercado por parte de una empresa, el Estado solicitaba otras diez. Además, con altos tipos de interés como los de entonces resultaba más que difícil competir con la solvencia y las atractivas rentabilidades del Tesoro Público.

Un último inconveniente, apuntan los conocedores, fue el de la excesiva burocracia que rodeaba cualquier demanda de dinero a los inversores. Interminables folletos que se exigían cada vez que se emitía papel, largos periodos y numerosas trabas fiscales. Una de ellas, vencida el pasado año, llevaba a los bancos y empresas a lanzar emisiones de participaciones preferentes en paraísos fiscales. Tras los cambios, los emisores españoles ya pueden emitir desde España, quedándose aquí ese negocio que antes debía hacerse fuera.

Pues bien, todos estos inconvenientes han ido desapareciendo. La legislación se ha vuelto más flexible, los tipos de interés están en niveles mínimos históricos y, además, el control del déficit público impuesto por Europa ha dejado espacio a las entidades financieras (bancos y cajas de ahorros) y a las empresas españolas para que emitan bonos, obligaciones, participaciones, cédulas o pagarés.

Pero también se ha juntado un factor imprevisto que ha dado el definitivo espaldarazo al mercado de renta fija español, cuyo exponente dentro del holding Bolsas y Mercados Españoles (BME) es el mercado AIAF de Renta Fija. Se trata de la financiación de la vivienda y de los procesos de titulización por el que bancos y cajas convierten esos créditos en bonos o usan cédulas para financiar la demanda de crédito.

Aquí, nuevamente, es obligado hablar de cifras y evoluciones históricas. Al cierre de este año, las familias españolas acumularán créditos hipotecarios por valor de 580.000 millones de euros, con un crecimiento del 25% respecto al volumen del año anterior, según datos provisionales que ofrecía esta misma semana la Asociación Hipotecaria Española (AHE).

Y todo esta demanda de dinero para comprar la vivienda (caso de familias) o para la construcción de instalaciones fabriles, centros comerciales, oficinas, etc... (caso de las empresas) se traslada a los mercados a través de bonos de titulización y de cédulas hipotecarias que han tenido asombrosos crecimientos.

Uno de cada cuatro euros que los españoles han solicitado para la la compra de su vivienda y del sector inmobiliario en general ha encontrado su financiación en el mercado de renta fija.

Detrás del Reino Unido

La firma de calificación financiera Standard & Poor´s explica que "en términos de volúmenes de emisión, el mercado español de titulización probablemente mantendrá el segundo puesto dentro de Europa, por detrás de Gran Bretaña, consolidando cada vez más su importancia para inversores en bonos de titulización". Y añaden: "aunque el mercado español de titulización comenzó, oficialmente, en 1991, el verdadero crecimiento no comenzó realmente hasta 10 años después, siendo 2002 y 2003 los años en los que se registró un récord de emisiones, conduciendo a España a su actual segundo puesto dentro de este mercado en Europa".

Los analistas de la sociedad que se dedica a fijar la solvencia de los emisores apunta que "los principales motores de este crecimiento han sido las áreas que tradicionalmente han empujado el crecimiento del mercado de titulización español: titulizaciones hipotecarias (Residential Mortgage-Backed Securities, RMBS), titulización de cédulas hipotecarias y titulizaciones de préstamos a pequeñas y medianas empresas (FTPymes)".

La titulización de activos realizada en nuestro país supone ya el 18,8% del total europeo, una cuota que sigue creciendo, por delante de países con mayor PIB, como Italia o Francia, que van por detrás en este ránking.

Julio Alcántara, director general adjunto del mercado AIAF explica la buena marcha de este mercado durante el pasado ejercicio. "Aunque son los bonos de titulización y las cédulas los que experimentan los mayores crecimientos, también el resto de activos ha crecido de forma importante por la buena marcha de la economía española". Y añade: "Durante 2004 se han emitido más de 50.000 millones de euros en titulización y otros 22.000 millones en cédulas hipotecarias. Estos dos tipos de activos ya suponen el 56% del saldo vivo del mercado que alcanzó al cierre del pasado año los 308.029 millones de euros".

Los principales compradores de esta deuda son los inversores extranjeros, preferentemente europeos, en cuyas manos está más del 50% de la renta fija española. Además, lo que más les gusta es la deuda que tiene como base (subyacente) el crédito hipotecario que suele contar con una elevada solvencia.

Competir con el Tesoro

La capacidad del mercado AIAF para aportar financiación a la economía privada ha ido creciendo en los últimos años, pasando de una financiación neta de 8.931 millones de euros en 2000 a los 110.000 millones registrados a finales del 2004.

Este ritmo ascendente en cuanto a la financiación de la economía privada se ha producido en paralelo al descenso experimentado durante los últimos años por el sector público en cuanto a sus necesidades. A finales de 2004 el saldo vivo de la renta fija española ha superado al de la deuda pública. Así, el volumen de emisiores de letras, bonos y obligaciones denominados en euros era de 291.403 millones en noviembre, mientras que la renta fija privada alcanzaba esos 308.029 millones.

En cuanto a las emisiones netas realizadas, la balanza se inclina favorablemente hacia los bonos empresariales, una situación impensable hace sólo cinco años. La financiación neta del Tesoro rondó los 10.000 millones de euros, diez veces menos que la proporcionada en el mercado AIAF.

Desde el punto de vista de los instrumentos el saldo aparece cada vez más equilibrado, y su composición se distribuye de la siguiente manera: los bonos de titulización representan el 33,8%; los bonos y obligaciones el 23,33%; las cédulas el 20,9%; los pagarés el 14,9%; y, finalmente, las participaciones preferentes el 7,1%.

El tamaño alcanzado por el mercado tiene su reflejo en la los volúmenes de negocio que se mueven. La negociación, al término de 2004, alcanzó los 566.580 millones de euros con un crecimiento aproximado del 45% respecto del año anterior. Tras su secular retraso este mercado ofrece ya cifras de negocio comparables a las de otros mercados europeos de bonos. Pero, nuevamente, esta espectacular evolución se debe a los bonos y las cédulas del boom inmobiliario.

La contratación media diaria durante los once primeros mese del año se ha situado en 2.217 millones de euros y se han registrado en este período un total de 445.384 operaciones.

Los pagarés continúan siendo los activos más negociados en AIAF, con un volumen total hasta el mes de noviembre de 261.582 millones de euros.

Nuevos proyectos

Aunque el mercado de renta fija está consiguiendo un notable éxito en los últimos años, ya se están promoviendo iniciativas para que el ritmo no decaiga. Según las previsiones de algunas entidades financieras y el consenso general de los analistas, a lo largo de este año se va a producir un descenso en el crecimiento del crédito hipotecario: pasará a aumentar a tasas del 10%-15%, frente al 25% registrado en 2004.

Este mismo mes comenzarán las reuniones del comité conjunto creado entre el mercado AIAF de renta fija y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un comité presidido por el vicepresidente del organismo supervisor, Carlos Arenillas que pretende aligerar toda la carga burocrática en el proceso de emitir títulos de renta fija. El objetivo es simplificar y estandarizar los folletos de emisión, adaptándose también a la normativa europea. También se contemplarán aspectos adicionales como fiscalidad o equiparación con Europa para que el mercado sea competitivo en todo momento y ningún emisor tenga que ir a otra plaza a sacar su papel.

El mercado AIAF está participando en otro proyecto europeo de pagarés, denominado Step, con el fin de homogeneizar con similares criterios de calidad para la emisión de pagarés de empresa.

Pero también se buscan otros recambios a la titulización hipotecaria. Acunque con cifras mucho más modestas ya se ha producido un despegue de la conversión de los créditos concedidos a las pequeñas y medianas empresass (pymes) en bonos que se cotizan en el mercado. El pasado año se emitieron bonos por valor de 8.264 millones de euros y la cifra total asciende ya a 16.679 millones.

Pero todavía hay más campo que explotar. El Ministerio de Economía ha puesto ya en consulta del mercado una orden ministerial, que será aprobada en breve, que abre el abanico de la titulización a cinco nuevos campos y deja prácticamente la puerta abierta para que cualquier ingreso futuro de una empresa sea titulizable, es decir, le permita captar dinero.

El texto legal establece como titulizable el derecho del arrendador al cobro del arrendamiento, incluyendo las operaciones de arrendamiento financiero (leasing). También el derecho del empresario al cobro de la contraprestación de un servicio de tracto sucesivo y prestación continuada, lo que supone titulizar cualquier contrato de suministro como el recibo de la luz, el teléfono o el agua, que entran en esta categoría. También establece el derecho de autor el el del empresario al cobro de la contraprestación de la venta de bienes y servicios, siempre que esos ingresos sean recurrentes y de magnitud conocida o estimada.

El crédito solicitado por los clientes acaba convertido en bonos en los mercado de renta fija.
El crédito solicitado por los clientes acaba convertido en bonos en los mercado de renta fija.GORKA LEJARCEGI

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