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Los consejeros de Esquerra plantan a Maragall en su conferencia sobre el horizonte de 2005

Francesc Valls

La conferencia del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en La Pedrera de Barcelona estaba bien trabada. Dibujaba el Estatut como herramienta de transformación política, económica y social de Cataluña. Era una respuesta en toda regla a aquellos que profetizan el divorcio absoluto y total entre símbolos y cuestión social. Sin embargo, el plante los consejeros de Esquerra Republicana -empezando por el propio conseller en cap, Josep Bargalló, cuya presencia había sido anunciada- ocupó la plaza de protagonista que inicialmente iba destinado al horizonte que se abre a la Cataluña del año 2005, con un pacto de competitividad firmado y unos Estatut, ley electoral y ley de ordenación territorial en cartera.

"La Cataluña de los siete millones ha de pesar en España y Europa. No es una isla ni un oasis"
El presidente de la Generalitat apuesta por una Cataluña más innovadora con un modelo transformado de competitividad
Los republicanos muestran su enfado porque se consideran marginados de algunas iniciativas del entorno presidencial

La silla vacía en primera fila con el nombre de Josep Bargalló y la ausencia contra pronóstico de la consejera republicana de Bienestar y Familia, Anna Simó, explicitó ayer el enfado de ERC, solo presente en la persona de su portavoz parlamentario, Joan Ridao. Los republicanos tienen la impresión que en el entorno del presidente -sigularmente por parte del secretario del Gobierno, Ernest Maragall- se intenta laminar sus parcelas de poder, pactadas en las intensas negociaciones que alumbraron al tripartito y que culminaron con el pacto del Tinell que aupó a Maragall a la presidencia de la Generalitat.

El pacto no está de ninguna manera en peligro, ni el nuevo Estatut, ni el proyecto, aseguran diversas fuentes del Gobierno catalán. Pero la actividad diaria resulta difícil. El hecho de que desde la presidencia se diera a conocer un comité de sabios sobre la gestión de la red pública de televisión, así como la referencia en La Vanguardia de ayer a que consejeros del PSC celebraron un dictamen del Consejo Consultivo que limita las competencias al conseller en cap enfurecieron a los republicanos. Bargalló estaba en la mañana de ayer muy indignado por lo que en ERC se juzga como muestra de desconfianza y golpes bajos. El propio consejero llegó a referirse en conversación con el entorno el presidente al sentido de su continuidad, según diversas versiones del Ejecutivo catalán..

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Otras fuentes gubernamentales sostienen que, en la actividad cotidiana, la bisoñez en las lides del poder de los republicanos choca con la experiencia de los socialistas, que especialmente en el área de presidencia han aprovechado las crisis y vacilaciones para ganar parcelas de poder. Asimismo, el hecho de que Esquerra no cuente con la presencia de ninguno de los dos hombres fuertes del partido -Josep Lluís Carod Rovira y Joan Puigcercós- en el Gobierno catalán supone una dificultad a la hora de que los republicanos puedan capitalizar la acción del Ejecutivo catalán."El Estatuto debe ser un instrumento jurídico e institucional para autogobernarnos mejor, para llevar a cabo políticas económicos, sociales, educativas, sanitarias, territoriales y culturales", subrayó el presidente catalán, quien aseguró que poner en marcha esas políticas es "hacer patria", reiterando así su idea del patriotismo civil.

"Dentro de cuatro años se debe poder decir que el nuevo Gobierno catalanista y de izquierdas dio un giro decisivo en cinco cuestiones: cualidad democrática, innovación, competitividad, cohesión social y equilibrio territorial", dijo.

El presidente catalán subrayó la transparencia como un objetivo del que va a hacer bandera su Gobierno ante la opacidad de los anteriores gobiernos de CiU. "Ha llegado el momento de desmontar tópicos que atribuyen a una determinada tradición política latina y católica la laxitud ética en la vida pública", destacó. Hay que moralizar política y empresa, a juicio del presidente y lograr, al tiempo una cataluña mñás integradora

Maragall se mostró convencido de que Cataluña tiene la oportunidad de transformar su modelo de competitividad y ser un motor económico de Europa. Esta oportunidad implica a investigadores, emprendedores, profesionales, trabajadores y al propio Gobierno catalán. El presidente apostó por una mejora del capital humano acompañada de una mejora del capital científico y tecnológico para lo que se recurrirá a herramientas como el Plan de Investigación e Innovación 2005- 2008, el Plan de Alfabetización Digital y el Plan Director de Infraestructuras.

El presidente catalán definió los sectores biotecnológico y aeronáutico como prioritarios. La formación de una biorregión tiene que estimular la creación de 120 empresas biotecnológicas en 10 años. De ahí la inversión en centros de referencia en este ámbito.

Maragall volvió a destacar el proyecto de una Casa de las Lenguas que haga de Cataluña un lugar de referencia sobre la diversidad lingüística.

Para no ser un país que vaya a remolque se debe impulsar un marco institucional "que incentive sinergias entre centros de investigación, empresas innovadoras e inversores". "La Cataluña de los siete millones" tiene que pesar en España y Europa. "No es una isla ni un oasis".

Una política de infraestructuras que alcanza desde el sistema ferroviario a los aeropuertos o carreteras debe favorecer una Cataluña equilibrada. Un mapa fundamental en este objetivo es el de la energía, "que asegure un suministro de calidad eficiente y respetuoso con el medioambiente". Maragall agregó: "2005 será un año de respuestas estratégicas en materia de infraestructuras". El presidente autonómico defendió la aplicación del principio de subsidiariedad también entre el Gobierno catalán y los municipios en la Cataluña en red .

El Estatut transformador

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, desgranó anoche en La Pedrera su visión de la Cataluña del 2005, en la que el Estatut y la financiación autónomica deben actuar, más que como un fin en sí mismos, como una herramienta para la transformación política, económica y social de Cataluña. En el prólogo del acto, organizado por el Colegio de Periodistas, el presidente catalán, que ayer celebraba su 64º cumpleaños, no desaprovechó la ocasión para reiterar la importancia de la vía catalana hacia la reforma del Estatut. "Las fuerzas políticas de Cataluña han establecido una hoja de ruta propia para reformar el Estatut", sentenció.

Distinguió entre vía vasca y vía catalana, pero no quiso pasar por alto la actitud de los políticos deudores del "nacionalismo español". "A estos políticos españoles les deberíamos decir: 'Si quiere usted ver cara a cara lo que es un nacionalista de verdad, mírese cada mañana en el espejo", agregó el presidente catalán, a modo de prólogo, antes de entrar en materia.

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