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Columna
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Pelotazos

El Ayuntamiento de Málaga va a levantar su nueva sede sobre los edificios de la antigua fábrica de Tabacalera. Unos inmuebles cedidos merced a un convenio que permitió un auténtico pelotazo urbanístico. La recalificación de 33.000 metros cuadrados de suelo industrial en primera línea de playa. Tabacalera vendió la parcela con unas plusvalías millonarias y a los 158 trabajadores de la factoría, con 79 años de antigüedad, les quedó lo peor: prejubilaciones, traslados y bajas incentivadas. El convenio estuvo bloqueado durante meses por la Junta. Se paró a instancias del PSOE, el mismo partido que decidió darle luz verde tras incluir varios condicionantes y algunas explicaciones. En ambos casos, mínimos. El nuevo edificio municipal, obtenido tras esta recalificación, se va a restaurar ahora. Y el dinero se logrará con otro convenio urbanístico. Auspiciado por el PP y en el que ha mediado un asesor próximo a los socialistas. Se trata de una operación que otorga un 48% más de edificabilidad de la que figura en el Plan General de Ordenación Urbana a una parcela de 600.000 metros cuadrados entre las barriadas de Intelhorce y Los Prados. Una modificación de elementos que permitirá levantar 3.400 viviendas donde supuestamente cabían 2.300, sin que con ello las casas vayan a ser más pequeñas de lo previsto.

Con esta operación, el alcalde Francisco de la Torre se garantiza unos ingresos de 55,5 millones de euros para las arcas municipales. El gobierno del PP defiende que esta importante inyección económica, además de servir para poner el edificio de Tabacalera como una patena, permitirá hacer frente a la financiación municipal del metro y al soterramiento del AVE. De momento, De la Torre no se ha atrevido a decir que sin el convenio no habrá estas indudables mejoras. Todo se andará, ya que el acuerdo precisa del visto bueno de la Junta de Andalucía. El nuevo ayuntamiento de Málaga se va a levantar sobre los cimientos de dos pelotazos urbanísticos. Uno ha permitido obtener el edificio. El otro, rehabilitarlo. Habrá que confiar en que no se autorice fumar en el inmueble. No sólo por salud. También por solidaridad con los trabajadores de Tabacalera, que se quedan sin empleo para que Málaga tenga una sede consistorial donde los concejales estarán casi como de vacaciones. Con despachos en primera línea de playa.

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