De la 'Rive gauche'

Paloma Berganza debe ser la única cantante de jazz del mundo que no canta en inglés. Su idioma artístico es el francés. Incluso Aguas de marzo, de Jobim, la canta en francés, en la versión de Moustaki, lo que ya es rizar el rizo. Canta en francés las canciones de Piaf -Sous le ciel de París-, Ferré -Avec le temps-, Trenet -Que reste-t-il de nos amours- y Brel -Ne me quitte pas-, y tiene a Horacio Icasto, junto con su trío, aportando el matiz jazzístico conveniente a la ocasión. En directo, la madrileña visita los lugares comunes de un género musical lleno de lugares comunes incuestionablemente hermosos. Lejos del eclecticismo que define su segundo disco, Boulevard Latino, sobre el escenario, Paloma Berganza parece reconocerse a sí misma en un constante ir y venir entre la chanson y el jazz. No conoce el arriba firmante a ningún otro/a que haga lo que ella hace y muy pocos/as que le hagan sombra cantando: de casta le viene al galgo.

Es una cantante importante a la que no se le hace el caso que se debiera. Tiene personalidad, empeño y canta un repertorio que nadie canta, salvo ella. Su francés es de primera: lo tiene todo.