Maremoto y ayuda

Tanto en televisión como en la prensa hemos visto las imágenes de ciertos turistas que, con su cerveza en mano y tumbados en la hamaca, deseaban tomar el sol y disfrutar del clima, decían al periodista, mientras se dejaban fotografiar en una playa donde los destrozos causados por el maremoto espanta a cualquier ser medianamente humano.

Pero, como parece que se habla más de lo negativo que de lo positivo, yo me quedo con el despliegue de voluntarios, colaboradores y ONG que dejaron en estos días de fiestas navideñas a sus familiares y partieron sin pensárselo a ayudar a los que los necesitaban.

El primer día del nuevo año, oía por la radio una conversación que mantenían con el jefe de Bomberos Unidos sin Fronteras. Le preguntaban cómo estaban pasando esos días sin su familia. "Pues ya ven, lo ideal hubiera sido estar con ellos, pero cuando ocurre una catástrofe, y más de esta dimensión, es que ni te lo piensas; uno de mis compañeros ha sido padre en estos días, y por supuesto ha echado de menos estos momentos tan importantes, pero aquí hay mucho que hacer y nos necesitan".

Cuando escuchas estas cosas es cuando te das cuenta de que hay mucha, muchísima gente buena y generosa que da todo lo que tiene por ayudar y compartir las desgracias con otros seres humanos.