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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Reformas a la europea

Rumania hace los deberes antes de entrar en la Unión Europea en 2007

La economía rumana ha experimentado una vertiginosa transformación que la ha llevado a crecer a tasas del 5% anual, mantener las cuentas públicas bajo control y rebajar sus elevadas tasas de inflación. Sin embargo, estos cambios son insuficientes para su incorporación a la UE en 2007. Reducir la pobreza y acelerar las reformas estructurales son las principales tareas.

La deuda pública sólo supone el 24,8% del PIB, mientras que el déficit fiscal ha descendido al 2,6% durante el ejercicio de 2003
Rumania es uno de los países más pobres del continente: el 25% de sus 22 millones de habitantes vive por debajo de la línea de pobreza

En su primer discurso, tras ser elegido presidente en la segunda vuelta electoral, Traian Basescu se ha puesto como principal meta preparar la economía rumana para el ingreso del país en la Unión Europea dentro de un par de años. Y es que precisamente la evolución de las finanzas locales en los últimos cinco años, ha sido uno de los principales elementos que ha posibilitado su acercamiento a Europa occidental.

De esta manera, una combinación de disciplina fiscal, una política monetaria fuerte, exitosa transición del comunismo al libre mercado y creíble apertura hacia los mercados externos ha logrado encarrilar un crecimiento anual del 5% en promedio desde hace cuatro años -cerró el año 2004 con un alza en su PIB del 5,8%- y reducir su endémica inflación desde un 45,8% en 1999 hasta un 8,6%, según el último dato correspondiente a los 11 primeros meses del recién acabado ejercicio.

Privatizaciones

Rumania también ha logrado controlar el endeudamiento estatal gracias al dinero recaudado por un dinámico proceso de privatizaciones de empresas públicas que en 2005 reportará un ingreso de 1.000 millones de euros. Su deuda pública sólo llega al 24,8% del PIB, mientras que el déficit fiscal bajó al 2,6% en 2003. El PIB llegó a 60.000 millones de dólares en ese mismo año.

No obstante, diferentes analistas, organismos como el Banco Mundial y la propia Comisión Europea han señalando que la economía rumana aun está lejos de los niveles de los países de la UE. Por ello, han sugerido al Gobierno recientemente electo que agilice las reformas que garanticen la seguridad de las inversiones, que reduzca el peso del Estado en la economía y que mejore la calidad de vida de gran parte de la población.

Y es que Rumania sigue siendo uno de los países más pobres no sólo de la UE, sino de todo el continente. Según datos oficiales, el 25% de sus 22 millones de habitantes vive por debajo de la línea de la pobreza y, a pesar de que existe sólo un 8% de paro, el sueldo medio es sólo de 150 euros.

Inversión exterior

Otro tema pendiente son las garantías para la inversión extranjera. En un reciente informe, el Banco Mundial señala que, para ingresar en la UE, es necesario que Rumania complete su agenda privatizadora, elimine barreras administrativas e implemente un sistema impositivo transparente y fiable en el tiempo, ya que a pesar de tener impuestos bajos -10% a la repatriación de beneficios- la seguridad jurídica en el país es escasa para los capitales foráneos.

Un tercer elemento que juega en contra del desarrollo de la economía rumana es el retraso de la reestructuración productiva del país, especialmente en el sector energético y agrario. El primero es el principal responsable del endeudamiento del Estado, mientras que el segundo se ha convertido en un foco de pobreza para los agricultores que no se han subido al carro de la reconversión. En los últimos tres años, el peso de la agricultura en el PIB rumano ha caído de un 15,2% a un 11,9%.

Los beneficios con la adhesión de Rumania a la UE son múltiples. Por un lado, se dinamizaría una economía que está en pleno proceso liberalizador y de apertura hacia el exterior y, por otro, permitiría aumentar y consolidar las relaciones comerciales de este país con su principal socio: más del 68% del comercio exterior rumano se realiza con la UE.

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