"Todos hemos estado en el interior de alguna estrella"
José Manuel Sánchez Ron es catedrático de Historia de la Ciencia y miembro de la Real Academia Española. La entrevista se desarrolla en su despacho de la Fundación March.
Pregunta. ¿Todo empezó con una explosión?
Respuesta. Hace alrededor de 13.500 millones de años se produjo una gran explosión que denominamos Big Bang, el Gran Estallido. La física no es capaz de explicar el porqué de esa explosión; y acaso no seamos capaces de explicarlo nunca. Pero no me parece pequeño logro el haber sido capaces de descubrirlo, una historia en la que se distinguió Edward Hubble, que demostró en 1930 que el universo está en expansión.
P. ¿Entonces todo estuvo concentrado en una única singularidad?
"Algunas técnicas de la biología molecular se están convirtiendo en instrumentos preciosos para la historia"
"Somos hijos del azar y la historia. Ha sido la maquinaria y fábrica de la evolución la responsable de las diferencias que observamos"
R. Inmediatamente después de aquella gran explosión se formaron las partículas elementales y luego los elementos químicos más ligeros, hidrógeno y helio principalmente, que a su vez dieron lugar a nubes estelares y galaxias y a objetos como las estrellas de primera generación. Cuando la vida de estas estrellas se acabó, algunas explotaron, como supernovas, lanzando al espacio esos elementos más pesados.
P. ¿Y de ahí venimos los humanos?
R. Los humanos somos en buena medida, en torno al 70% u 80%, agua, esto es, hidrógeno y oxígeno. Pero también estamos constituidos por elementos pesados como el carbono, el hierro o el sodio. Dicho de otra manera: todos hemos estado en el interior de alguna estrella.
P. ¿Hay más evidencias del Big Bang?
R. Sí, la que encontraron los físicos Arnold Penzias y Robert Wilson. Mientras realizaban mediciones en una antena de comunicaciones, encontraron un ruido de fondo inesperado en la región de las microondas. Se interpretó ese ruido como la huella del Big Bang: la radiación, ya muy atenuada y enfriada, que se emitió en aquel momento inicial de la creación del universo.
P. ¿Estamos ante el final de la historia del universo?
R. Todavía nos falta mucho por descubrir. Estamos en la prehistoria de nuestro conocimiento del universo. No hemos aplicado todas las posibilidades tecnológicas para explorar el cosmos. Cuando lo hagamos, encontraremos muchas sorpresas, objetos o agrupaciones estelares muy diferentes de los ya conocidos, gigantes rojas, enanas blancas o marrones, púlsares, cuásares.
P. ¿Cuándo comienza la historia de la Tierra y aparece la vida?
R. Parece que la Tierra tiene unos 4.500 millones de años, y que la vida en ella apareció aproximadamente hace algo menos de cuatro millones de años. El estadounidense Stanley Miller simuló en 1956 el efecto de la luz ultravioleta en la sopa primigenia existente en la Tierra primitiva, haciendo pasar una descarga eléctrica de alto voltaje a través de una mezcla de gases del tipo de los antes mencionados. El resultado de la operación fue la aparición de diversos productos químicos, entre los que se encontraban varios aminoácidos. Y obtener aminoácidos es muy importante, ya que las proteínas, las sustancias básicas para la vida, son cadenas muy largas de aminoácidos.
P. ¿Cómo apareció el ADN?
R. En la Tierra abundaban el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el azufre. No es una hipótesis aventurada suponer que durante los primeros tiempos tuvieron lugar múltiples combinaciones de esos elementos bajo condiciones físicas diversas. En algún momento se formaron las moléculas que llamamos nucleótidos, las unidades del ADN, la sustancia que forma los cromosomas. La producción del ADN fue un momento clave, singular, en la historia de la vida sobre la Tierra.
P. De ahí, al Homo sapiens.
R. La evolución se desarrolló a lo largo de alrededor de unos 3.900 millones de años. Si tomamos como símil un día con la Tierra formándose durante los primeros segundos, tendremos que los primeros organismos con capacidad de trasmitir información genética aparecieron poco antes de las tres de la madrugada, y que reinaron sin competencia hasta que algunos de ellos evolucionaron produciendo, hacia las 13.30 horas, células que poseen un núcleo claramente definido, rodeado por una membrana, en la cual se encuentran los cromosomas con su ADN. Los homínidos llegaron más tarde, hace poco más de 100.000 años.
P. ¿Tiene todo esto alguna repercusión en la historia, entendida en su sentido habitual?
R. Algunas técnicas de la biología molecular se están convirtiendo en instrumentos preciosos para la historia. Mediante análisis comparativos del ADN de diferentes grupos humanos es posible reconstruir cómo y cuándo los Homo sapiens poblamos la Tierra, tras abandonar África. Cartografiando la distribución de cientos de genes se ha conseguido reconstruir cómo y cuándo apareció y se desarrolló la agricultura. Comparando aminoácidos de diferentes especies se ha llegado a la conclusión de que la separación entre los chimpancés y los humanos se produjo hace seis o siete millones de años, mientras que antes de ellos se pensaba que había ocurrido hace entre 20 y 25 millones de años.
P. ¿Estaba programada, en alguna medida, la aparición de nuestra especie?
R. No. Parafraseando a Demócrito -"todo lo que existe en el universo es fruto del azar y la necesidad"-, frase que Jacques Monod hizo suya para el título de uno de sus libros, se debe decir que somos hijos del azar y de la historia. Ha sido la maquinaria y fábrica de la evolución la responsable de las diferencias que observamos.
P. ¿Entonces, los famosos siete días...?
R. Lejos de ser el reflejo de un Dios, somos testigos de nuestro pasado biológico.
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