Nieve derretida

A falta de cadenas para la nieve, refuerzo de la cadena de mando para situaciones de emergencia. El Ministerio del Interior ha adelantado los ejes de un "plan especial de actuación en caso de nevadas", en cumplimiento del compromiso de Zapatero de tomar medidas que impidan la repetición de la desastrosa situación vivida las pasadas navidades en las carreteras afectadas por el temporal. Que el aviso de posibles nevadas circule con rapidez y con suficiente anticipación entre la Dirección General de Protección Civil, el Centro de Control de Tráfico y la Dirección General de Carreteras parece una decisión tan elemental que sorprende que sea necesario enfatizarla en un plan especial. ¿Significa esto que no se hacía así hasta ahora? ¿Qué planificación existía anteriormente?

¿No estaba previsto que los delegados y subdelegados de Gobierno estuvieran "localizables" en situaciones de emergencia, y que dispusieran de un "catálogo actualizado de medios y recursos disponibles", con "especificación de sus características y ubicación, así como una evaluación sobre su suficiencia"? ¿No era obligado que esos responsables públicos tuvieran que "alertar a los servicios afectados" y "proceder, en su caso, a ordenar la movilización de los citados recursos"? Si todo eso es una novedad, hay que desmentir a los políticos o funcionarios que en plena crisis aseguraron que la coordinación había funcionado perfectamente, y culparon del desastre a la imprevisión de los conductores por viajar sin cadenas.

Aquellos comentarios no sólo revelaron incompetencia sino insensibilidad: la derivada de ignorar que cientos de miles de personas consideran sagrado volver a casa por Navidad. No desistirán de intentarlo porque los burócratas cubran el expediente con unos consejos rutinarios. Así es que bienvenidas las medidas organizativas, a la espera de que sean el anuncio de una constatable mayor eficacia preventiva.