Dave Schnitter vuelve a grabar tras un largo silencio
El saxofonista, uno de los legendarios músicos de los Jazz Messengers, publica 'Sketch'
Vino cuando nadie venía a este país, formando parte de los legendarios Jazz Messengers de Art Blakey. Un perfil menudo y escurridizo que en nada se correspondía a un instrumentista de tan robusta personalidad. Dave Schnitter (Newark, Nueva Jersey, 1948) resultó ser un jazzman con vida propia: "Me he pasado la vida buscando una forma personal de tocar y ahora creo que he llegado a ello. Se necesita mucho coraje para ser diferente", comenta.
En los ochenta, el músico, adscrito a la corriente hard bop, estableció su residencia en Valencia, junto con su esposa, la cantante Marti Mabin. "Me encontré con un país que se ponía en marcha tras la muerte de Franco; la gente era más libre, no había tantos prejuicios, todo estaba por hacer. En muchos sentidos, era como volver al Nueva York de los cincuenta".
La presencia de Dave Schnitter se hizo habitual en los escenarios de jazz de la época, marcando el rumbo a quienes, por aquel entonces, tenían la oportunidad de estrenarse junto a un gigante del género. "Ellos aprendieron conmigo y yo aprendí de ellos y del modo como se vive aquí. Me siento afortunado de haber sido parte de aquel tiempo".
Para Perico Sambeat, Ximo Tébar y otros muchos, Dave fue guía y maestro en su bautismo en la profesión. "Para mí, la única manera en que uno aprende a tocar jazz es tocando jazz. La emoción, el sentimiento, eso no se aprende. Ahora, todo el mundo va a la universidad a estudiar jazz, pero entonces todo lo aprendías de los propios músicos. Bud Powell enseñó a Walter Bishop Jr. y éste a Sonny Rollins, la información pasaba de una mano a otra y este sistema de transmisión producía un vínculo sentimental muy fuerte entre los músicos; era como una gran familia. Los jóvenes, lo que han conseguido es que el jazz se parezca cada vez más a la música clásica".
Misterio
Schnitter dejó España en 1990 envuelto en un halo de misterio. Iniciaba así un periodo de penumbra que duraría lo que la década. Por los mentideros jazzísticos circularon los rumores más disparatados acerca de sus presuntas actividades. "Durante ese tiempo desconecté, no con la música, sino con el negocio de la música. Vivía recluido, apenas salía, me pasaba el día practicando o tocando con los amigos en el dormitorio de mi apartamento. Tengo la suerte de vivir en un edifico subvencionado por el Gobierno para los artistas. Es lo único bueno de Nueva York, ¡y Bush también se quiere cargar esto!".
Su regreso a los escenarios fue paulatino. "En 1995 comencé a dar clases en la New School University. Empecé a dejarme ver por los lugares habituales y todo el mundo pensó que, al fin, estaba de vuelta". En una de ésas le vio el guitarrista valenciano Ximo Tébar, por aquel entonces residente en la Gran Manzana. "Él fue quien me convenció para grabar el disco".
Dave Schnitter ha publicado hace poco su primer disco como líder en una década, el sorprendente Sketch, producido por el propio Tébar, y participó en octubre en una gala organizada en la sala Iridium de Nueva York en homenaje a los hijos musicales de Papá Blakey, donde tocó al lado de sus "viejos amigos" Bobby Watson, Valerie Ponomarev, Louis Hayes, Ben Riley... Para marzo está preparando una posible gira por España. Su última actuación, en el IVAM valenciano, fue un acontecimiento social y musical al que acudieron, por cientos, sus admiradores. En su curioso espanglish, Schnitter dijo:"¡Ahora sí, ya estoy de vuelta en el negocio y voy a más!".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.