La desgracia de Marc Gasol

A Marc Gasol (Barcelona, 1984), su debut como pívot titular del Barcelona le pilló a destiempo. En pleno proceso de recuperación, tras una lesión por estrés en los escafoides del pie. Sustituir al lesionado Roberto Dueñas le obligó a hacer un sobreesfuerzo más, en un inicio de temporada que ya tenía cargado. El pequeño de los hermanos Gasol se había marcado un propósito: perder peso. Deshacerse de esos kilos de más que lastraban su juego. Ahora que había logrado adelgazar unos 16 kilos, ha recaído de su lesión en el pie y tendrá que estar de nuevo de dos a tres meses de baja.

Excelente tirador, con movimientos rápidos y coordinados, Marc se presentó para iniciar la temporada con 137 kilos, un peso excesivo, incluso para un grandullón como él que alcanza los 2,13 metros. Le sobraba grasa y le faltaba músculo, si quería competir con los mejores de Europa.

Franchek Drobnic, responsable de fisiología del CAR de Sant Cugat y miembro de los servicios médicos del Barcelona, le marcó una dieta que Miguel Clemente, preparador físico del equipo, complementó con un plan de preparación física específico. La premisa era sencilla y clara: Marc tenía que aprender a comer bien y a su hora. "El principal problema de Marc, como de la mayoría de jóvenes, era que no se regía por una higiene horaria al alimentarse, al margen de hacer malos desayunos o de abusar de la comida rápida", comenta Drobnic. "Más que comer mal", admite el pívot del Barça, "lo que hacía era picar, comer fuera de horas". Así que le marcaron las normas: cinco comidas diarias (un buen desayuno, un pequeño almuerzo tras el entrenamiento matinal, una buena comida, una pequeña merienda y cena) y nada de saltárselas o de picar entre horas. No le prohibieron nada, pero le limitaron los embutidos y las comidas con grasa. Debía ingerir diariamente unas 3.000 calorías, cifra razonable para quien consume habitualmente unas 2.500.

Como en casi todas las dietas, los primeros resultados fueron un éxito: Marc perdía peso a gran velocidad.

Sin embargo, otra cosa ha fallado. Afectado por la lesión en los escafoides, el pequeño de los Gasol fue adquiriendo, según dice, "el hábito de comer bien, de no hacer excepciones, de ser estricto". Está ahora en 121 kilos, muy cerca de los 115-116 marcados como objetivo. Pero justamente en estos momentos ha recaído de su lesión en el pie. Un duro revés.