Oposiciones en la Junta
Ya venía advirtiendo en alguna carta anterior que el diseño establecido por la Junta de Andalucía para la consecución de las ofertas de empleo público, no sólo es atentatorio contra la moral sino que vulnera descaradamente todos los principios legales existentes por más que lo enmascaren de forma kafkiana e insultante.
Lo último colma mi paciencia, los altos cargos, al menos 10, así como jefes de servicio y secciones , que siendo interinos han concurrido a las convocatorias por el sistema de concurso-oposición, no sólo han obtenido plaza, faltaría más, sino que además se quedan en sus provincias.
Y se preguntarán ustedes si esto responde a la deslumbrante formación de los mismos o a otras cuestiones. El sistema actual es el de concurso-oposición con un total de 200 puntos, de los cuales, el 45% o sea 90 puntos corresponden a la fase de concurso y el 55%, los 110 puntos restantes, a la fase de oposición o examenes.
El primer paso es poner un examen del más bajo nivel para que aprueben todos los posibles y así, pasar al segundo paso, que sería acumular los puntos de la fase de concurso a los de la oposición. Para más barbaridad, le valoran a los interinos nombrados a dedo como altos cargos, jefes de servicios y secciones todo el tiempo trabajado como si fueran funcionarios, al máximo de la puntuación posible, de modo que aquel ciudadano que se haya presentado a las oposiciones del grupo A del nivel de licenciado, y haya sacado en el examen la nota máxima se quedaría en la calle ya que el interino nombrado a dedo, aprobando el examen por los pelos y sumando la puntuación de la fase de concurso por baremo se pone en los puestos de privilegio.
El caso más llamativo es el de Toscano, con rango de viveconsejero en la Consejería de Justicia y Administración Pública, que es curiosamente la que convoca, organiza y resuelve las propias oposiciones. Para colofón del despropósito, además se quedan en sus respectivas provincias, debido a las magníficas puntuaciones obtenidas de forma injusa y agravante para el resto.
Este empleo público que obtienen no lo ocuparán de momento, ya que a buen seguro pedirán respectivas excedencias para seguir prestando sus servicios como altos cargos y seguir gestionando de esta forma tan lustrosa los intereses de los ciudadanos.
En la Junta la línea que separa el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo legal de lo alegal es tan delgada que a veces ni se ve.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.