"Todavía se utiliza poco en el mar el chaleco salvavidas"

José Luis Solís Uriaguereca (Bilbao, 50 años) es capitán de la Marina Mercante y lleva desde 1993 trabajando en Salvamento Marítimo, una entidad que desastres como el del Prestige y los naufragios, ya en aguas vascas, del carguero Diana y del pesquero de Santoña Nuevo Pilín han situado en el centro de la atención pública. Solís es desde hace seis años jefe de coordinación del centro regional de Bilbao, cuya demarcación abarca desde Laredo hasta el Bidasoa (unos 6.000 kilómetros cuadrados).

Pregunta. ¿Cuáles son las tareas principales de Salvamento Marítimo?

Respuesta. Primero, de tipo preventivo: dar los meteos [el servicio meteorológico] y lanzar avisos a la navegación si vemos que hay peligro en la mar. Y eso se complementa con patrullas que, por ejemplo, se encargan de comprobar si existe contaminación en el mar. Y por otra parte, asistir a una emergencia y tratar de resolverla. Con el Diana [el carguero hundido hace ahora casi un año a la entrada del Puerto de Bilbao y cuyos ocho tripulantes fueron rescatados por un helicóptero de Salvamento Marítimo] se actuó in extremis y salió bien.

"Si hablas con la gente del mar, te dirán que le tienen respeto. Pero eso no se traduce en medidas de seguridad, de autoprotección"

"Lo más agradable en mi trabajo ha sido poder sacar a la tripulación del 'Diana': ocho personas que salvas. Te da satisfacción"

P. ¿Qué personal y medios tienen para su labor?

R. Somos 16 personas en el centro, y luego están las unidades de Salvamento en el Cantábrico. En el centro regional tenemos un helicóptero, el Helimer Cantábrico, que se encuentra en Gijón; la Salvamar Deneben, en Santander, que es una lancha rápida de 20 metros; la Salvamar Monte Gorbea, que encuentra en Bermeo, de 15 metros, y la Salvamar Orion, en Pasajes, de 20 metros. Luego hay un remolcador, el Ibaizabal II, y lo que tenemos de diferente es que el centro coordina los medios de otras instituciones, como la Ertzaintza o la Guardia Civil.

P. El pasado año fue complicado con los naufragios del Diana o el Nuevo Pilín [en noviembre, en el que murieron sus cuatro tripulantes].

R. Bueno, yo he estado dos años y medio en comisión de servicios en Asturias, he vuelto en junio, y lo que puedo decir es que de vez en cuando se dan casos de importancia. Pero también hay paradas de motor de buques, que se vuelven peligrosas si el tiempo se complica.

P. ¿Cuántas actuaciones desarrollan al año, tanto de mayor como de menor riesgo?

R. No me atrevo a dar una cifra, porque depende de los centros [de Salvamento] y de las circunstancias climatológicas de ese año. En poco tiempo hemos tenido acontecimientos tristes con lo del Pilín y el de Hondarribia [falleció un hombre que iba solo en una embarcación].

P. En el sector se comenta que los accidentes también se deben a la mala construcción de los barcos...

R. Generalmente están bien construidos, están homologados, con las autorizaciones e inspecciones pertinentes. Quizás puedan ser mejorables, pero no puedo hacer cábalas.

P. ¿Qué se puede hacer para reducir los accidentes en la mar?

R. Lo primero es la prudencia y aplicar las enseñanzas sobre seguridad. Para los yates, embarcaciones de recreo o pesqueros, es importantísimo el chaleco salvavidas. Hoy en día no son como hace años; ahora no te molestan para nada, ni para moverte ni para trabajar. Y te puede salvar la vida. También es fundamental llevar las balsas y todo el equipo de seguridad. Pero, sobre todo, el chaleco. Es una cosa muy sencilla pero, aunque cada vez se utiliza más, la gente no lo lleva. Es lo que pasaba al principio con el cinturón de seguridad en el coche, que ahora ya está generalizado.

P. ¿No se tiene todavía el respeto suficiente a la mar?

R. Si hablas con los marineros, te dirán que sí. Pero no se traduce en medidas de seguridad, de autoprotección.

P. Y en Salvamento Marítimo, ¿qué se puede mejorar?

R. Todo es mejorable. Lo que hace falta es la información preventiva. Incidir más en la educación de las personas que usan el medio e insistir en cosas como el chaleco.

P. Pero la gente que vive del mar se ve enfrentada a una disyuntiva a veces complicada.

R. Depende de lo que se ponga en la balanza: si la seguridad personal o la económica.

P. ¿Cuál es la situación que más le ha impactado?

R. El pesquero Marero, que se perdió hace seis años en aguas francesas con toda su tripulación -creo iban ocho- y fue una búsqueda muy intensa. Llevó mucho trabajo y mucha carga emotiva.

P. ¿Y lo más agradable?

R. Poder sacar a la tripulación del Diana: ocho personas que salvas. Te da satisfacción.