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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre 'El retablo de las maravillas'

A doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid: acabo de volver del teatro con mi familia, de donde he tenido que salir a mitad de función por las razones que a continuación le comento. El teatro es el Albéniz, de la Comunidad de Madrid, y la obra es El retablo de las maravillas. Cinco variaciones sobre un tema de Cervantes, interpretada por Els Joglars.

Se suponía que la obra contenía una crítica de algunos aspectos de la sociedad actual, lo que suele ser uno de los objetivos básicos del teatro desde el tiempo de los griegos, y fue también el de Cervantes en el entremés que sirve de apoyo a la obra, para criticar la excesiva importancia que daba una parte de la sociedad a las apariencias. Sin embargo, nos hemos encontrado con una grosera y agresiva crítica a la Iglesia Católica, en general, y al Opus Dei en particular, además de a algunas personas del mundo del arte, llevada a cabo con una interpretación bastante deficiente, sin la agudeza e inteligencia que necesitan ese tipo de obras, lo que hubiera hecho espantarse al mismo Aristófanes.

La crítica social debe ser positiva, buscando temas de interés general, y tiene que servir para que la misma sociedad y sus componentes se planteen los errores que puedan cometer y revisen sus actuaciones e iniciativas.

Para ello es preciso plantear los problemas con inteligencia, analizando el fondo de la cuestión y las razones básicas de los errores, y presentarlos con sutileza e imaginación, pero no limitarse al insulto fácil y grosero o a la parodia zafia e insulsa, que es precisamente lo que tenemos en este caso.

Entiendo que pueda ser difícil conocer el contenido de todas las obras de teatro que se propongan a su gobierno, pero también considero que promocionar una obra desde la Comunidad de Madrid tiene que llevar aparejado el análisis de los contenidos de las que finalmente se acepten, pues de alguna manera la promoción implica un proceso de culturización a la sociedad, además de un gasto evidente para las arcas de la Comunidad y, por consiguiente, para el bolsillo de los contribuyentes.

En cualquier caso, creo que los católicos de la Comunidad de Madrid no nos merecemos este insulto, que incluso podría ir contra los artículos 14 y 16 de la Constitución, y ahora que ya sabe la opinión de algunos de sus miembros, le animo a que revise la promoción de dicha obra teatral por parte del gobierno que preside y, en su caso, procedan a retirarla de la cartelera.

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