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El año acaba con un centenar de muertos menos en accidentes de tráfico

La mortalidad ha disminuido más en las carreteras interurbanas que en las ciudades

El año 2004 deja una buena noticia: la tozudez de Interior para minimizar la lacra de los accidentes de tráfico da resultados. Este año han muerto un centenar menos de personas en Cataluña que en el anterior. Las cifras, aún pendientes de los últimos cálculos, mantienen a Cataluña en la senda del compromiso europeo tomado en 2000: reducir la mortalidad a la mitad en 10 años. La consejera de Interior, Montserrat Tura, volvió a apelar al "amor propio" de los catalanes para continuar bajando la mortalidad. El nuevo plan viario perseguirá con ahínco la velocidad excesiva y la ingesta de alcohol o drogas.

En 2000 murieron en Cataluña 778 personas en accidentes de tráfico, que se redujeron a 710 en 2001, a 708 en 2002 y a 667 en 2003. En la estadística del Servicio Catalán de Tráfico (SCT) constaban ayer 531 fallecidos este año: 436 en carreteras y 95 en vías urbanas, éstos sólo hasta octubre. Hay que añadirles las posibles muertes que se registren en los últimos momentos del año, proclives a abusos varios, y las de las vías urbanas de los dos últimos meses, aún no agregadas. Siguiendo la proyección, este año se saldará con unos 100 muertos menos en accidentes de tráfico.

Con esas reservas de los últimos números pendientes, la consejera de Interior, Montserrat Tura, anunció que se ha cumplido la meta del plan de seguridad viaria trienal que ahora concluye: la reducción del 15% de muertos y heridos graves respecto a los de 2000. Fue entonces cuando los países europeos se comprometieron a dejar en la mitad aquellas cifras en 10 años. El objetivo del nuevo plan 2005-2007 pretende llegar hasta el 30%.

Él éxito de este año viene lastrado por la escasa variación del número de fallecidos en núcleos urbanos, impermeables a las medidas dictadas desde Interior. Por el contrario, en las vías interurbanas han bajado en torno al 25%.

Tura exhortó a los catalanes a hacer de la reducción de accidentes "una cuestión de amor propio y de país". El nuevo plan centra su atención en el uso de los accesorios de seguridad pasiva (el casco para los motoristas y el cinturón de seguridad para los que viajan en coche), la reducción de la mortalidad en núcleos urbanos y los controles de alcoholemia y de velocidad excesiva.Interior intensificará los controles para cada una de estas materias en campañas de una o dos semanas, llamadas por Tura controles en oleada

La consejera dijo que el éxito de las medidas está asociado con cambios en la mentalidad de los catalanes. "Ya no se piensa que los accidentes son fruto del azar, sino que se deben a causas concretas contra las que se puede luchar". Además, certificó el final de la velocidad como valor defendible. Así, recordó que las estrategias comerciales de las marcas de coches han mudado el culto a la velocidad por la enumeración de las medidas de seguridad, y citó como corolario un modelo que se anuncia con un mecanismo que reduce automáticamente la velocidad. "Hace dos años era imposible pensar que eso ayudaría a vender", explicó.

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Tura recordó que el año pasado, el PP aún negaba en el Gobierno central que fuera necesario el carnet de puntos. También aprovechó para pedir modificaciones legales. Por ejemplo, que circular sin carnet sea delito. Hace dos semanas se desveló que un hombre perseverante en su ebriedad había sido detenido 17 veces por conducir sin carnet, y que aún no había pisado la cárcel por ello.

Otra propuesta que la Generalitat negociará con el Gobierno central es rebajar los requisitos para la conducción temeraria, que ahora exige superar el doble de la velocidad permitida en una vía. Es decir, que es posible circular por una autopista a 239 kilómetros por hora sin incurrir en el delito.

En virtud de la cruzada política que ha hecho Interior sobre la seguridad viaria, Cataluña pasará de tres radares fijos a principios de año a 125 a final de legislatura. Esta semana empiezan de forma experimental los controles para detectar la ingesta de drogas en los conductores, y si demuestran su eficacia, se adoptarán de forma definitiva.

En los últimos días han muerto en Barcelona ocho jóvenes de menos de 25 años en dos accidentes.

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