Trato degradante a los extranjeros
El artículo 10.1 de la Constitución española establece: "La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social". Y el artículo 15 señala: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes...".
Los hechos son los siguientes: 27 de diciembre, nueve de la mañana. Un Madrid frío y desapacible. Temperatura: 0 grados. Sensación térmica: menos 4 grados. Comisaría de policía sita en la travesía de la Virgen de la Roca, 25. Cerca de medio centenar de personas, previamente citados a una hora y día determinados con el objeto de presentar la documentación preceptiva e imprimir las huellas dactilares para obtener la tarjeta de identificación de extranjero (equivalente al DNI de los españoles), hacíamos cola. Situados a unos treinta metros de la entrada a la comisaría, esperábamos, pacientes y respetuosos, a ser llamados... a voces, como se estila en dichas dependencias.
Durante los primeros 45 minutos la fila no se movió. Ninguna explicación. Ninguna llamada. Eran cerca de las diez de la mañana cuando comenzó la admisión: un goteo de diez o quince personas cada 30 minutos, aproximadamente. Un promedio de tres horas de espera bajo el intensísimo frío para un trámite en apariencia sencillo. Lo más sorprendente, el local de la comisaría podría albergar al menos cincuenta personas en ordenada fila. Pero, acaso la seguridad (o su falta) aconsejaban dejarnos a la intemperie.
Esta escena se repite cada día en la mencionada comisaría, único lugar en donde los extranjeros residentes en la ciudad de Madrid podemos solicitar este documento al que tenemos derecho y que las autoridades vienen obligadas a dispensar. Todavía harán falta 40 días más para la expedición del documento y su entrega, evidentemente, previa espera similar.
Aún más: soy mexicana y las tasas oficiales para la obtención de la tarjeta de trabajo y residencia a los ciudadanos de mi país ascienden a 414 euros (68.725 de las antiguas pesetas). Juzguen ustedes mismos.
