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El Valencia insiste en que asumirá el coste del nuevo estadio, cuya titularidad es una incógnita

Los vecinos lamentan que sus reivindicaciones hayan quedado en un plano secundario

Una vez cerrado el acuerdo de recalificación de la manzana de Mestalla, que firmaron ayer la alcaldesa, Rita Barberá, y el presidente del Valencia, Juan Soler, varios interrogantes marcan la operación del nuevo estadio para la ciudad, entre ellos su financiación y titularidad, que son todavía una incógnita. El constructor Bautista Soler, máximo accionista del Valencia, insistió ayer en que el club asumirá el coste de la obra, intención recibida con agrado por Barberá, que aportará un solar público de 90.000 metros cuadrados en la avenida de las Cortes, en el barrio de Campanar.

Bautista Soler, padre del actual presidente del Valencia, Juan Soler, es partidario de que el Valencia pague el nuevo estadio, una obra que está aún por definir. En este sentido, el Ayuntamiento y el Valencia mantienen diferencias. El Consistorio defiende la construcción de un estadio polivalente, adecuado para albergar competiciones atléticas además de partidos de fútbol. Esto significa que la instalación debería incluir una pista de atletismo. El hecho de que la ciudad se haya quedado a las puertas de ser designada sede de los Mundiales de atletismo de 2009, que finalmente organizará Berlín, ha supuesto un revulsivo para las autoridades valencianas, que ya han anunciado que presentarán su candidatura para la edición de 2011. Por eso el Ayuntamiento, que estudia varios bosquejos de diferentes diseñadores, no contempla un estadio sin anillo olímpico.

El Valencia, mientras tanto, prefiere un campo clásico, con las gradas lo más cerca posible del césped, como ocurre en el viejo Mestalla. Y, puestos a asumir el coste con los ingresos obtenidos tras la recalificación del solar de Mestalla, como manifestó ayer Soler, el club tratará de imponer su modelo, discutido por los técnicos municipales.

Otro de los interrogantes que marcan la operación afecta a la propiedad del estadio, punto de las negociaciones que parece el más complicado debido a la cuota de protagonismo que reclaman ambas partes. Todo apunta, según algunos expertos, a que las principales instituciones públicas - el Ayuntamiento y la Generalitat- y el Valencia solicitarían un crédito para financiar las obras. Si fuera así, el Ayuntamiento, propietario de la parcela de Campanar, se reservaría el derecho a gestionar o ceder la explotación de las instalaciones -aparcamiento, galería comercial...- previstas en derredor del nuevo estadio.

En cambio, si la instalación fuera costeada por el Valencia, es muy posible que el Consistorio le cediera la gestión del estadio al club, que prevé ingresar con la recalificación del solar de Mestalla lo suficiente para saldar su deuda (unos 130 millones) y financiar el nuevo campo.

Por otro lado, Antonio Cañuelo, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia, lamentó ayer que las reivindicaciones de los vecinos de los barrios afectados por la operación del nuevo estadio hayan sido relegadas a un papel secundario. "Aquí sólo se ha hablado de volumetría y metros edificables, ignorando las necesidades de la zona de Mestalla, carente de servicios", afirmó Cañuelo.

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