A reflexionar
Comentaba un experimentado militante del Partido Popular que estas fechas navideñas en las que nos encontramos vendrán de maravilla para esta formación política. Tendrán el tiempo suficiente para reflexionar en torno al resultado obtenido por el trabajo que han desarrollado en lo que llevamos de legislatura en Andalucía. Ya bajo el mando efectivo de Javier Arenas, el PP andaluz ha emprendido un nuevo rumbo, una vez orillada en el camino su antecesora en el cargo, Teófila Martínez, con la que, por cierto, apenas han tenido un mínimo detalle de reconocimiento de la labor que ha realizado. No se sabe cual, pero según dicen sus rectores, estamos ante una etapa diferente. A tenor de los indicios que nos ofrecen hay que entender, por tanto, como absoluta novedad el distinto estilo que ahora impregna todo lo que hacen. Así,por ejemplo, la alternativa se construye con la "feliz" resolución de los conflictos vividos en la diputación provincial de Almería o el Ayuntamiento de Jerez. Pero donde más se ha plasmado la huella del nuevo tiempo en el que ya nos situamos, es en la trayectoria seguida en el Parlamento Andaluz.
Han desaprovechado espléndidas oportunidades para lanzar un mensaje novedoso y diferenciador a los andaluces. Al final, ha sido todo más de lo mismo, o quizá, peor aún. El encontronazo que han protagonizado con el resto de fuerzas políticas, incluidas IU y PA, que comparten con ellos los bancos de la oposición, constituye, en efecto, materia suficiente para la reflexión en esta semana, a las puertas ya del venidero 2005. Una vez más, el portavoz del grupo Popular, Antonio Sanz, ha cumplido con su papel a la perfección, tal y como lo ordenada su jefe y guía, como es el caso de Javier Arenas. Pero quién sabe si ha escrito una de sus últimas páginas ejerciendo Sanz como tal portavoz, después de las ganas de balón que exhibe la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, que no ha tenido remilgo alguno en criticar, públicamente, el trabajo realizado en su grupo mostrando,de camino, un gran desconocimiento del esfuerzo efectuado. Así que no se puede descartar que el político jerezano esté haciendo las maletas y se dedique de lleno a su trabajo como flamante presidente del PP de Cádiz, provincia que requiere una mayor atención, al menos, desde el punto de vista interno y orgánico.
De igual modo, a esa serena reflexión puede ayudar, también, el conocimiento de nuevas encuestas que comienzan ya a circular por ahí al calor de la proximidad de la celebración del 28-F. Los datos que van surgiendo pueden dar más de un quebradero de cabeza. Pero puede ser más grave aún si no se las considera y le restan credibilidad, al menos a algunas de ellas como las que, en el anterior mandato, apuntaban con suficiente antelación la llegada de la mayoría absoluta de los socialistas. No se las tomaron en serio y luego se llevaron la sorpresa de su vida. Pero el verdadero envite lo tiene el PSOE. Andalucía ha de jugar un papel de referencia en el debate territorial. El mismo Manuel Chaves admite que observa con cierta preocupación la disparidad de criterios que se está dando en las filas socialistas, de ahí su llamamiento a la serenidad para tratar así de restar dramatismo y tensión a la discusión política. Y debe hilar fino, además, para llevar a la práctica esos dos requisitos imprescindibles que exige para afrontar las reformas estatutarias como son el respeto a la Constitución y que no se consagren privilegios de unas comunidades sobre otras. Para ese viaje necesita del consenso del resto de fuerzas políticas, algo difícil de imaginar después de la tormenta vivida con el desencuentro entorno al Impulso Democrático. Y luego está su gobierno, que se verá sometido a su verdadera prueba de fuego como es el grado de ejecución del presupuesto más importante de la historia de la administración autonómica. Todas las consejerías contemplan destacados capítulos inversores. Sólo resta que en esos departamentos sean lo suficientemente capaces y ágiles para llevar a la práctica las expectativas generadas. Todo eso sin olvidar que queda pendiente de resolver con el "gobierno amigo" de José Luis Rodríguez Zapatero lo de la "deuda histórica".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.