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VIOLENCIA EN IRAK

Chirac felicita a los servicios secretos por su trabajo

La Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) fue felicitada ayer públicamente por el presidente francés Jacques Chirac tras las liberación de los dos rehenes. Los servicios secretos, con un trabajo paciente coordinado con la presión diplomática, "han ido remontando pistas hasta identificar y contactar" con los secuestradores, el autoproclamado Ejército Islámico de Irak, una organización integrada por miembros de la minoría suní y que se sospecha acoge en su seno antiguos oficiales del Ejército de Sadam Husein.

Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, afirmó anoche que la aparición hace unos días de un intermediario "fiable y serio" permitió negociar la liberación de los periodistas Christian Chesnot y George Malbrunot. "Desde hace tres semanas tuvimos decenas de intermediarios a los que pedíamos pruebas de que [los periodistas] estaban vivos. Finalmente encontramos un intermediario serio y con él negociamos esta liberación", afirmó Barnier a la televisión TF1.

La DGSE ha tenido que luchar contra iniciativas paralelas que "han parasitado" su trabajo y "retrasado un mes y medio la liberación", declaraba ayer a Le Monde un portavoz del espionaje. "El Ejército Islámico era un grupo que no tenía la entidad necesaria para gestionar el secuestro. Nuestro temor era que, ante esa evidencia, optasen por vender los rehenes al grupo de Abu Musab al Zarqaui, la fracción iraquí de Al Qaeda, pues eso hubiera supuesto la muerte segura para Chesnot y Malbrunot". La ocupación de Faluya por las tropas de EE UU también parece haber jugado en favor de los rehenes, ya que "privó al Ejército Islámico de su santuario" al tiempo que la inminencia de una consulta electoral encarrilaba a "los grupos suníes a tomar iniciativas para aparecer como movimientos responsables", explica la misma fuente.

El grupo radical mezcla un exacerbado nacionalismo iraquí con la defensa de la yihad (guerra santa). El pasado marzo, el Ejército Islámico asesinó a cuatro estadounidenses, y más tarde a dos periodistas polacos, dos paquistaníes y al italiano Enzo Baldoni, con el que Chesnot recordó ayer haberse cruzado en una "granja vecina a Bagdad, utilizada como centro de distribución de secuestrados hacia distintos destinos". El de Baldoni fue trágico pues fue asesinado pocos días después, en agosto.

Entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre se asistió a una expedición del diputado conservador Didier Julia, tolerada por el Ministerio de Exteriores francés y financiada por Laurent Gbagbo, el presidente marfileño, operación que ayer Malbrunot definió como la iniciativa "de un mitómano que puso en peligro nuestra vida. Me escandaliza lo que hizo. Sólo merece mi desprecio".

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