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Tribuna:LA POLÍTICA DE RITA BARBERÁ
Tribuna
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La alcaldesa tiene motivos para estar feliz

Con una inusitada utilización de la demagogia, que ponía en evidencia su intencionalidad política, Manuel Lloris, colaborador habitual de este medio, arremetía contra la alcaldesa Rita Barberá en un artículo de opinión, publicado el viernes 17 de diciembre con el título, La alcaldesa feliz. De sus frases, metódicamente estudiadas, quizás incluso auspiciadas por quienes desprecian la voluntad popular, obstinada en declarar a Rita Barberá como alcaldesa de Valencia, era difícil extraer ni un solo argumento tangible en el que poder sustentar su desmesurada crítica.

El señor Lloris, obnubilado por su condición de intelectual, tiene una visión muy distorsionada de la ciudad de Valencia y de su alcaldesa. Caben dos posibilidades ante este desconocimiento de la realidad: que sus fuentes de información o su juicio personal sobre el trabajo político de Rita Barberá no sean los adecuados; o bien, que se haya dejado influir por alguien que no desea y no le interesa que esta alcaldesa siga siendo protagonista destacada de la situación emergente que vive Valencia.

"Este Ayuntamiento ha sido pionero en la aplicación de medidas para eliminar las molestias por ruidos"

En una enumeración de ideas vagas, trataba de dibujar una Valencia en la que según sus palabras, "el pueblo se queja del ruido, de los cortes por obras, del tráfico en puro desorden, de los malos servicios, de la ausencia de policía...", ante esto, según él, "Barberá está feliz". De esta afirmación, se deduce que este señor, poco o nada conoce a la alcaldesa y también demuestra no estar demasiado al día sobre la situación actual de esta capital.

Si las artificiales reflexiones que realiza Manuel Lloris en los medios de comunicación le dejaran tiempo, podría constatar que Rita Barberá vive apasionada por Valencia, que su obsesión desde que se levanta hasta que se acuesta, e incluso cuando duerme, es conseguir que los valencianos disfruten de los mejores servicios posibles y que asombre a sus visitantes. Esta es una lucha permanente de la alcaldesa, y le ha llevado en los últimos lustros a desarrollar una acción incesante de impulso de las potencialidades de Valencia.

Una acción que se refleja en las dotaciones existentes en los barrios; en la recuperación y revitalización de edificios singulares de nuestro patrimonio; en la continua ampliación de los recursos humanos y materiales de la Policía Local y los Bomberos; en la gran expansión de zonas verdes; en la limpieza de las calles (Valencia ha sido premiada recientemente con la Escoba de Platino como una de la ciudades de España que más atención presta a su limpieza); en una red de alcantarillado que evita las inundaciones en barrios que en el pasado, cuando caían cuatro gotas, subía el agua más de un palmo; en la apertura de museos como el de Historia de la Ciudad de la Sala Hipóstila, junto al Parque de Cabecera; en la proliferación de bibliotecas públicas con acceso gratuito a internet en todas ellas; en la proyección internacional de Valencia que le ha permitido en los últimos años ser la ciudad española donde más ha crecido el turismo nacional y el proveniente del extranjero; y en un largo etcétera que hacen que Rita Barberá consiga el respaldo mayoritario elección tras elección y que se sienta orgullosa y feliz de la ciudad, porque como dice Manuel Lloris, el pueblo, (que es sabio) siempre tiene razón.

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Tiene que saber también que este Ayuntamiento ha sido pionero en la aplicación de medidas para eliminar las molestias por ruidos. De esta manera, le recuerdo que gracias a la decisión del equipo de gobierno municipal, se declaró la plaza del Xúquer y adyacentes como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), lo cual permitió que se cerraran los locales que incumplían la normativa. Además, Valencia dispone de una ordenanza municipal que impide la apertura de establecimientos de ocio a menos de 65 metros, para evitar su acumulación en un radio de acción cercano.

Sobre las Fallas, no voy a contradecir a Manuel Lloris: Rita Barberá las adora, protege y apoya, porque las considera una de las principales riquezas del patrimonio cultural valenciano. Como bien dice el articulista de EL PAÍS, "las tradiciones son intocables". Ahora bien, de nuevo se equivoca cuando de forma metafórica sostiene que la alcaldesa apoya a las Fallas en detrimento de las recuperación de los barrios históricos de Valencia. En este sentido, le recomiendo que pasee por nuestro centro histórico y compruebe la ingente cantidad de inversiones que el Ayuntamiento y la Generalitat han llevado a cabo. Una regeneración que continúa activa y que ahora está previsto se amplíe con el desarrollo de un nuevo plan RIVA para el barrio de Russafa.

Es difícil descifrar los motivos de la injustificada y desaforada critica que realiza Manuel Lloris de la alcaldesa. Sus afirmaciones se desdicen por sí mismas. No es comprensible que acuse de "falta de ganas" a quien da muestras diarias de permanente inquietud por sus obligaciones. Decir que Barberá lanza un "desprecio" a los ciudadanos, es cuanto menos insultante para una alcaldesa que vive por y para Valencia.

Miquel Domínguez es segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia.

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