De Boadilla del Monte
Después de leer las declaraciones del alcalde de Boadilla del Monte en el diario EL PAÍS del 15 de diciembre, no me queda más remedio que lamentar esas declaraciones. Y ello como comerciante, vecino y consumidor del "casco histórico" de Boadilla.
Todo lo que se ignora, se desprecia, y decir que quizá los comerciantes del "casco histórico" no ofrecen a sus clientes lo que demandan y que por ello protestamos todas las actuaciones municipales en el casco, es un desprecio hacia nosotros los comerciantes de la zona y, sobre todo, a nuestros clientes. Ellos, aun después de sufrir todos los impedimentos y trabas para poder llegar a nuestros establecimientos, continúan viniendo por una razón: porque buscan la calidad y la profesionalidad que llevamos ofreciendo durante años. Si fuera por comodidad, hace tiempo que ya habrían dejado de venir.
Hay tres clases de ignorancia: la primera, no saber lo que debiera saberse: opiniones como la suya parten de una total ignorancia. No afirme públicamente algo que desconoce. La segunda, saber mal lo que se sabe: nosotros sabemos hacer bien nuestro trabajo. Usted haga su trabajo que nosotros nos preocuparemos del nuestro. Nosotros no vendemos "fachada", para eso tenemos un entorno privilegiado que su Corporación sistemáticamente se empeña en destruir; nosotros ofrecemos nuestros productos de calidad, somos comerciantes y profesionales.
La tercera, saber lo que no debiera saberse: si quiere que cerremos, dígalo sin rodeos, sin obras eternas, sin quitar plazas de aparcamiento, sin que se caigan edificios históricos, no iluminando en Navidad...
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