Del llenazo de Manolo García al clarinete de Woody Allen
El clarinete de Woody Allen, acompañado de la New Orleans Jazz Band, cerrará esta semana navideña. Y aún quedan entradas para ver al cineasta convertido en músico, cosa que no ocurre con Manolo García, que acomete su segunda semana en Madrid con el papel agotado desde hace días. Krahe prosigue su peculiar Navidad, mientras que Don Omar acerca a Madrid los secretos del reggaeton, el ritmo que hace furor en el Caribe hispano.
- Jazz de cine. No fue a recoger un Oscar porque le coincidía con una de sus pequeñas, y hasta entonces casi desconocidas, actuaciones en un recoleto club de jazz neoyorquino. Así consiguió Woody Allen hace unos cuantos años que todo el mundo se enterara de que, además de hacer películas que recibían premios, sentía pasión por el clarinete, una afición a la que venía dedicándose con frecuencia y de manera más íntima. Desde entonces ha pasado a ser considerado también como un músico de jazz, aunque en este terreno su influencia y talento son mucho menores que en el del cine, donde su carrera está jalonada de verdaderas obras de arte. Allen, no obstante, se sabe rodear de músicos que pueden suplir lo que a él le falta. Verle en un escenario rodeado de la New Orleans Jazz Band es algo difícil de repetir, ya que no se prodiga mucho como músico de giras internacionales. Además, sabe seleccionar un repertorio exquisito entre lo mejor de la historia del jazz; por eso su presencia en Madrid puede ser tachada de gran acontecimiento.
El jazz recibe también esta semana el impulso brasileño de Jayme Marques, el sabor de big band americana de los años cuarenta del saxofonista Bob Sands y la alegría de la Canal Street Jazz Band, una de las formaciones más veteranas de jazz madrileño.
- Verborrea. Aunque parece música para el verano, el reggaeton se impone con fuerza en España, y esta semana visita Madrid una de sus grandes figuras: Don Omar. Este artista puertorriqueño ha sabido sintetizar como pocos las claves de este género festivo que aúna el merengue dominicano con la plena boricua, el son cubano, el reggae jamaicano y el rap de los barrios de Nueva York. Una suerte que lleva varios años arrasando en el Caribe hispano, donde siempre parece verano, y que en los últimos meses empieza a calar también en España y no sólo entre la inmigración latina, que lo conocía de sus países originarios, sino entre el público español, que se entrega a él dejándose llevar por su espíritu festivo y despreocupado.
El fraseo rapero y la música hip-hop es la protagonista del festival de La Cubierta de Leganés del domingo 26. La intensa verborrea corre a cargo de Violadores del Verso o de Hablando en Plata, dos de las mejores formaciones del género en España. Ambas se perfilan como las estrellas principales de un encuentro muy interesante con otros muchos grupos que pueden servir para calibrar el momento actual que atraviesa el hip-hop en España, cuando por fin la crítica y el público empiezan a ponerse de acuerdo y a otorgarle el meritorio papel que merece.
- Otra Navidad. Alejados de los villancicos y del espíritu que los inspira, esta semana se puede acometer la canción desde el sentido del humor como desde el rigor y la seriedad. El Gran Wyoming, sin ser rapero, es otro caso de verborrea inteligente y divertida, y hoy comparece con su inseparable Reverendo para ayudar a hacer más llevaderas estas fiestas.
A Krahe le ocurre algo parecido. Su retranca y finura escribiendo y cantando textos llenos de matices y dobles intenciones vuelve por segunda semana al Central, mientras que fuera de ahí se celebra que un montón de amigos suyos le hayan hecho un disco de homenaje revisando las piezas más célebres de su carrera.
Pero hay otras maneras más serías de pasar la Navidad, como se ha propuesto también Manolo García. El cantante catalán dedica 10 noches a presentar en Madrid Para que no se duerman mis sentidos, su reciente disco, y ahora acomete su segunda tanda con todas las entradas vendidas.
Tomasito es otra cosa. Moderniza el flamenco respetando sus cánones, baila break dance por bulerías sin salirse del compás y sus letras resultan cercanas. Hoy se le puede ver en el Paradise Revólver, el club de rock que dedica los lunes al flamenco más transgresor.
Los cantautores se miran estos días, además de en Krahe, en Tontxu, que sigue mostrando en directo su reciente Contacto con la realidad; en Daniel Higiénico, cada vez más firme en solitario tras abandonar a la Quartet de Baño Band; en el clásico Nancho Novo, más próximo al rock de barrio, y en propuestas de artistas nuevos como Fulanos de Tal, Miki Ferrero, Circo Prize o David Jiménez.
El rock pasa en Navidad por Dikers y Opposite Way, además de por la contundencia de Motherglue y Spanky Darth Vaders o por la fusión con la electrónica, el folk y la experimentación de Jackie-O Motherfucker, una banda que llega desde Oregón. Lo que hacen ellos podría ser en España lo que aborda Mojo Project, el grupo malagueño que junta el rock con las percusiones flamencas y africanas, sin desestimar la mirada vanguardista en la electrónica y los sonidos digitales. Pero si de vanguardias imaginativas se trata, hay que destacar a L-Kan, un equipo de creadores que van más allá de ser un mero grupo. Alguno de sus miembros pinchan cada viernes en el Ochoymedio, uno de los clubes más inquietos de Madrid. Ahí estrenan el disco que acaban de facturar, y al que han llamado Discazo en un afán más divertido y despreocupado que pretencioso.
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