Los acusados por la falsificación de recetas dicen que eran para ellos

Las tres personas acusadas de estafar 204.605,29 euros mediante la retirada de medicamentos en la farmacia de uno de ellos, ubicada en la localidad de Ecija, negaron haber urdido un plan para engañar al Servicio Andaluz de Salud (SAS) y significaron que la retirada de medicamentos se debía a un consumo real de los mismos. La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, después de interrogar ayer a los tres procesados y escuchar a varios testigos, continuará hoy y también el miércoles el juicio con la participación de varios médicos, la documental y la práctica del resto de pruebas solicitadas por las partes. La letrada del acusado A.C.T., de 50 años, afirmó que tanto su cliente como los otros dos acusados, incluido el farmacéutico F.V.L., negaron los hechos y afirmaron desconocer la trama que la Junta denunció en su momento. Incluso esta parte insistió en que A.C.T. se hallaba fuera de España en las fechas en que se produjeron los hechos. Por su parte, según destacó la abogada, la defensa del farmacéutico se ha encargado de argumentar el hecho de no estar obligado a controlar el destinatario del medicamento que entregaba a sus dos supuestos cómplices, amparándose en la legalidad de la firma del facultativo para su venta. Los acusados A.C.T., F.S.R., de 64 años, y F.V.L., de 53, se enfrentan a cuatro años de cárcel y a multas de 5.400 euros por un delito de estafa en concurso ideal con otro de falsedad en documento oficial. Además, deberán indemnizar al Servicio Andaluz de Salud (SAS) en la cantidad que legalmente se determine en ejecución de sentencia, según la acusación de la Fiscalía hispalense.

El fiscalo entiende que los tres procesados urdieron un plan a finales de 1998 después de haberse concertado previamente para llevarlo a cabo y con el objetivo de obtener un beneficio ilícito. A.C.T. y F.S.R. acudieron a las consultas de diferentes médicos de la Seguridad Social en Sevilla, Córdoba y Ecija y allí presentaron su cartilla médica o la de terceros beneficiarios, incluso inexistentes para obtener recetas de medicamentos de alto valor que no obedecían a la patología de los beneficiarios.