Cuatro soldados israelíes mueren en el mayor ataque tras la muerte de Arafat
Hamás se atribuye el atentado con explosivos contra un puesto militar en el sur de Gaza
Al menos cuatro soldados israelíes resultaron muertos ayer y una decena heridos, varios de gravedad, en un ataque contra un puesto militar al sur de Gaza, en Rafah, cerca de la frontera con Egipto. Se trata de la primera acción de envergadura desde la muerte de Yasir Arafat, el 11 de noviembre. Llega en un momento político delicado, con el primer ministro Ariel Sharon concentrado en la formación de un Gobierno de unidad nacional. Esta madrugada, un helicóptero israelí lanzó seis bombas sobre la ciudad de Gaza.
La explosión contra el puesto militar israelí fue fortísima y pudo oírse en una gran parte de la localidad de Rafah, escenario en el pasado de durísimos enfrentamientos. El movimiento radical palestino Hamás, que Israel considera terrorista, se hizo responsable de la acción aunque otro grupo llamado los Halcones de Fatah también lo reivindicó. Los militantes excavaron un túnel debajo del puesto fronterizo y lo colmaron de explosivos. No se sabe si fueron detonados a distancia o mediante uno o varios suicidas. Hamás reconoció ayer un muerto.
El ataque se produjo a las 6.45 horas en la España peninsular. Los dinamiteros aguardaron al menos una hora a que el puesto cerrase y no transitaran por él civiles palestinos. Nada más producirse la explosión principal, otros milicianos apostados hostigaron a los soldados con el lanzamiento de granadas de mortero; hubo una segunda explosión, algo menos potente, seguida de un intenso intercambio de disparos. Los soldados heridos, algunos de gravedad, fueron evacuados en medio del caos hasta Kerem Shalom, una colonia israelí, y desde allí al centro médico de Soroka en Beersheba.
La táctica del ataque múltiple y simultáneo tiene el sello de Hamás y según los expertos requiere un alto grado de sofisticación. Un portavoz de este movimiento integrista aseguró que habían empleado en la acción 1.500 kilogramos de explosivos.
Otro militante, citado por el diario israelí Haaretz, y que afirma llamarse Abu Majad, dijo que el túnel donde se introdujeron los explosivos tenía 250 metros de longitud y que el atentado era la respuesta al "asesinato" de Arafat. Muchos palestinos están convencidos de que su líder histórico fue envenenado por los servicios secretos israelíes. El sábado, el sobrino de Arafat, Naser al Kidwa, al hacer entrega en Ramala a las autoridades palestinas de las 558 páginas del informe médico francés, se negó a descartar esa posibilidad aunque en dicho informe no hay datos que permitan sostener ese extremo.
El ataque representa un duro golpe para aquellos que en los últimos días realizaron declaraciones esperanzadoras de una eventual reanudación de las negociaciones. Horas antes, cinco niños palestinos (siete según otras fuentes) de entre 8 y 12 años resultaron heridos cuando su escuela en el campo de refugiados de Jan Yunis recibió el impacto de un proyectil israelí en respuesta al lanzamiento de cohetes Qassam palestinos sobre su carro de combate apostado en las afueras. Y ya esta madrugada, un helicóptero israelí descargó al menos seis bombas sobre distintos objetivos en la ciudad de Gaza, informa Reuters. Al cierre de esta edición se desconocía si el ataque provocó víctimas.
El Gobierno de Ariel Sharon había aprobado por la mañana, la liberación de un número indeterminado de presos como gesto de buena voluntad hacia el candidato palestino Mahmud Abbas. El Gabinete israelí no informó del número ni de los plazos, pero afectará a un grupo reducido (entre 100 y 200), la mayoría detenidos administrativos (sin derecho a juicio) o con condenas casi cumplidas. El número de palestinos presos en Israel es de 7.000.
Espía liberado
La decisión se produce una semana después de que El Cairo liberara a Azzam Azzam, presunto espía del Mosad, que había cumplido ocho de 15 años de trabajos forzados. El Gobierno israelí niega que exista relación entre ambos asuntos. En los próximos días se establecerán los criterios y se decidirán los nombres de los afectados. La liberación no incluirá a los acusados de delitos de sangre, según Radio Israel.
El gesto se produce en medio de unas complejas negociaciones (iniciadas el sábado) con el Partido Laborista de Simón Peres y los ultrarreligiosos de Shas y de la Unión de la Torá y Judaísmo para la formación de un Gobierno que, de cerrarse, tendría el apoyo de 65 de los 120 diputados de la Knesset. El objetivo de Sharon, que necesita de los 19 escaños laboristas para evitar elecciones anticipadas, es firmar el compromiso antes del domingo.
Las dificultades para la formación del Ejecutivo son políticas (Peres demanda garantías para el cumplimiento del plan de retirada de Gaza); económicas (laboristas y Shas exigen marcha atrás en los recortes sociales) y de reparto de los ministerios. Sharon ha ofrecido al laborismo ocho puestos en el futuro Gabinete. El primer ministro desea que Peres, de 81 años, dirija el Ministerio de Desarrollo de Gaza, de nueva creación, pero sin poderes sobre el plan de desenganche, que Sharon considera propio.
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