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MEJORA DE BARRIOS

La Generalitat destina 99 millones de euros a 12 barrios para su rehabilitación integral

Las ayudas cubren la mitad de lo presupuestado en cada uno de los proyectos

Un total de 99 millones para un tratamiento de choque en 12 barrios. Es la primera entrega de las ayudas que prevé la Ley de Mejora de Barrios, aprobada por el Parlament en mayo para actuar en las zonas que requieren una atención especial. Los proyectos de Santa Caterina y Roquetes, en Barcelona, y los presentados por los municipios de Balaguer, Manresa, Reus, L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet conjuntamente con Badalona, Salt, Terrassa, Manlleu, Olot y Lleida han sido los elegidos.

En La Torrassa se quiere paliar la regresión y afrontar las carencias de servicios
El proyecto de la Serra d'en Mena vertebrará los barrios de Santa Coloma y Badalona
La Penya Barcelonesa de Santa Caterina será un centro de equipamientos sociales de barrio
En Olot se prevé crear cuatro espacios públicos y rehabilitar viviendas
Programas sociales y mejoras urbanísticas para Ca n'Anglada, en Terrassa
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El barrio del Carme, poco poblado, está llamado a ser el motor inmobiliario de Reus

La subvención que ha concedido el Departamento de Política Territorial cubre la mitad del presupuesto presentado por cada uno de los municipios, y el monto total de los proyectos es de 197,7 millones de euros. Al programa de ayudas se presentaron 66 proyectos. Muchos de los excluidos en esta primera tanda podrán volver a presentarse en febrero de 2005, cuando se abra la segunda convocatoria, según indicó ayer el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, que alabó la calidad y valía de la mayor parte de los proyectos presentados. El consejero citó varios: los de Tarragona, Mataró, Cornellà, Vic, Sabadell y Girona. Y también el del barrio de Sant Cosme, en El Prat.

La característica común de los proyectos presentados es que su objetivo son zonas que requieren una rehabilitación integral por tener conflictos urbanísticos, áreas degradadas o problemas socioeconómicos graves, y en ocasiones todo a la vez. La ley de Mejora de Barrios se aprobó con la previsión de destinar 600 millones de euros a un programa que se debe desarrollar en cuatro años, a razón de entre 8 y 12 barrios por año.

Los de ayer son los 12 primeros y entre febrero de 2005 y el mismo mes de 2006 está previsto adjudicar ayudas a otros 25. Los municipios pueden presentar un proyecto en cada convocatoria, salvo Barcelona, que por su población puede proponer dos.

De la elección de los proyectos se ha encargado la comisión de gestión del fondo del programa -integrada por representantes de la Generalitat, las administraciones locales y los colegios de aparejadores y arquitectos- ajustándose a un baremo de puntos y a la consideración más genérica de que se trate de barrios que necesiten una atención especial.

Por atención especial se entiende, por ejemplo, la que requieren los problemas de regresión urbanística, una alteración demográfica profunda -pérdida de población o asentamiento de grandes grupos- y déficit sociales, laborales y económicos. El baremo de puntos se estableció a partir de cuestiones como el índice de desempleo, la población que percibe pensiones asistenciales, la densidad de población, la concentración de inmigración, la población dependiente y la actividad económica, entre otros. El estado de las viviendas -si tienen ascensor o no, estado de conservación general, agua directa- ha sido especialmente tenido en cuenta al tratarse en la mayoría de los casos de barrios viejos o con problemas estructurales. El proyecto que sumaba más puntos -se podría interpretar que corresponde a la zona que más necesidades tiene- fue el primero en el orden de elección. "También se tuvo en cuenta el grado de intervención de los ayuntamientos, si habían iniciado algún programa y otras cuestiones, como la viabilidad y la participación ciudadana", explicó ayer Oriol Nel.lo, secretario de Planificación Territorial de la Generalitat. "Lo que se pretende con el programa es dejar claro que la recuperación de los barrios con problemas es fundamental para el futuro de la convivencia en Cataluña y que no se va a dejar solos a los ayuntamientos", añadió.

- Santa Caterina, en Barcelona

El proyecto de recuperación de los barrios de Santa Caterina y Sant Pere del Casc Antic de Barcelona supondrá prácticamente la culminación de la reforma iniciada hace más de una década, que ha tropezado con no pocos problemas. Se trata de una zona que ha sufrido, además, una desertización tras el cierre del mercado de Santa Caterina -el nuevo abrirá sus puertas en la primavera- y posteriormente una llegada masiva de inmigrantes. Se trata de un área con 15.000 residentes, de los que el 27% son extranjeros. Tiene, además, un parque inmobiliario muy viejo, pocas zonas verdes, pocos equipamientos y un espacio público que dista mucho de las condiciones medias del resto de la ciudad. A partir de esa realidad, el proyecto presentado plantea la sustitución de cinco o seis edificios en muy mal estado en los que viven entre 15 y 20 familias, y dar un fuerte impulso a la rehabilitación en otras fincas. Otro objetivo es que el Ayuntamiento compre el edificio conocido como la Penya Barcelonesa y convertirlo en un centro de equipamientos. También se persigue revitalizar la zona comercial de Sant Pere més Alt y concluir la urbanización del espacio conocido como el Forat de la Vergonya.

- Roquetes, en Barcelona

Es uno de los barrios que conforman el distrito de Nou Barris, que está prácticamente colgado en la ladera de Collserola. Y muy poblado, con un censo de 11.000 habitantes. Como otros de las zona, ese distrito creció hace más de cuatro décadas de forma desordenada. En muchas ocasiones en asentamientos incontrolados, por la emigración que llegaba a Barcelona. Por tanto, su parque de viviendas deja mucho que desear. Sobre todo en la parte más alta, desde la calle de la Mina de la Ciutat hacia la montaña, donde abunda la autoconstrucción. También es en esa parte donde la movilidad se hace más complicada y algunos descampados se aprovechan como aparcamientos al aire libre. El proyecto prevé dotar de equipamientos al barrio y mejorar el espacio público y la conexión con Collserola.

- Serra d'en Mena, en el límite de Badalona y Santa Coloma

Siete barrios fronterizos entre las dos ciudades del Barcelonès Nord se beneficiarán de las subvenciones anunciadas ayer. Se trata de Sant Antoni de Llefià, Sant Joan de Llefià, La Salut y La Pau, en Badalona, y Raval-Safareigs, Santa Rosa y Fondo, en Santa Coloma de Gramenet.

Durante las décadas de 1950 y 1960 esta zona creció de forma desordenada y rápida, lo que creó numerosos problemas urbanísticos, muchos de ellos no resueltos. La densidad de población es muy alta y aumenta como consecuencia de la nueva inmigración. En 2003 habitaban en los siete barrios 87.871 personas, 51.138 en Badalona (toda la ciudad tenía 214.44 habitantes) y 36.733 en Santa Coloma (116.012 en toda la ciudad). Se trata de un espacio donde se concentran focos de marginalidad y donde habita la mayor parte del colectivo inmigrante.

El proyecto conjunto pretende vertebrar los barrios y facilitar su conexión. Para ello se reconvertirá la calle de Circumval.lació en un eje que dinamice las dos partes en que se divide la Serra d'en Mena, la calle de Ramiro de Maeztu y la de Mercuri. Los dos municipios plantean la supresión de las barreras arquitectónicas, la reordenación del tráfico rodado y la creación de nuevos espacios públicos, así como la renovación de equipamientos. El proyecto también prevé un programa de mejora social y económica que incluye planes de formación ocupacional, programas de ayuda a la juventud y la infancia, y dotar del impulso necesario a nuevos espacios de participación ciudadana.

Dentro de los barrios seleccionados no figura Sant Roc, situado en el sureste de Badalona, que se beneficia de diversas subvenciones europeas.

- Collblanc-La Torrassa, en L'Hospitalet de Llobregat

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, aseguró en marzo, en una visita a Collblanc-La Torrassa, que L'Hospitalet se jugaba su futuro en este barrio como Barcelona se lo jugó con el Raval. Maragall se interesó entonces por el ambicioso plan de reforma integral que se está llevando a cabo y dio por hecho que sería uno de los barrios que se beneficiarían de la nueva ley, como así ha sido.

El plan aborda de forma integral la regresión urbanística que sufre el distrito, el déficit de equipamientos y servicios, la gran cantidad de inmigración que concentra (el 22% de la población del municipio y el 47% de los alumnos en las escuelas), el envejecimiento de la población y los problemas sociales que esta situación acarrea. Es el distrito más denso de la ciudad (47.000 habitantes por kilómetro cuadrado, el triple de la media de Barcelona).

Collblanc-La Torrassa ha tenido un crecimiento urbanístico desordenado desde 1929, cuando recibió la primera ola migratoria coincidiendo con la Exposición Internacional. Tres sucesivos planes especiales deben dotar al distrito de dos hectáreas de zonas verdes, lo que supondrá un aumento del 66%. Ya se han construido 122 viviendas, que servirán para realojar en el mismo distrito a los afectados por las expropiaciones previstas en el eje de la calles de la Creu Roja y Vallparad, y permitirán esponjar el barrio, crear nuevos espacios y ampliar viales. Se han invertido más de 122 millones de euros para expropiar pisos de edificios que se derribarán..

Hasta el momento se han abierto hasta más de un centenar de expedientes de comunidades de vecinos interesadas en colocar un ascensor en los inmuebles, lo que facilitará la movilidad de una población cada vez más envejecida

- Núcleo antiguo de Manresa

Los tres barrios de Manresa (Bages) que se incluyen en la denominación de núcleo antiguo (Barri Antic, Escodines y Vic-Remei) deben ser rehabilitados mediante 50 acciones en cuatro años. Se trata de una zona de 45 hectáreas donde viven unas 8.000 personas (Manresa tiene 70.000 habitantes), más de la mitad inmigrantes. Y pese a las actuaciones municipales que se han sucedido durante 15 años, los barrios tienen colgada la etiqueta de "habitabilidad deficiente" y en ellos la desocupación de los pisos es de casi el 50%: 2.000 viviendas. La ciudad pretende dignificar su fachada sur, desde la falda del montículo donde se levantó la Seu de Manresa hasta la zona de los nuevos jugados, que aún no se han empezado a construir. El grueso de la inversión se dedicará a la sustitución de edificios deficientes con la creación de nueva vivienda, principalmente pisos sociales y de alquiler, y la renovación de espacios públicos, como las plazas de Valldaura y Gispert. En el capítulo social hay campañas de apoyo a la infancia y la adolescencia, y también programas comunitarios y de intermediación, con especial atención a la integración de los inmigrantes.

- Barrio del Erm, en Manlleu

La puesta en marcha de la fábrica Can Garcia, situada en el extrarradio del municipio, propició en los años cincuenta del siglo pasado la llegada de una gran cantidad de personas originarias de Andalucía y Extremadura que se instalaron en un gran bloque de 12 plantas conocido como "los pisos de Can Garcia". Con el tiempo, el barrio del Erm sufrió una transformación. Las familias recién llegadas abrieron pequeños comercios y se empezaron a construir viviendas en el mismo barrio, que nunca se llegó a integrar en la ciudad. Los últimos años han sido testigos de la llegada de una nueva oleada de personas inmigrantes, la mayoría magrebíes, que se han instalado en el barrio del Erm y en el bloque de pisos de Can Garcia: el 80% de las 220 familias son magrebíes. Se trata de una inmigración pobre que acarrea muchos problemas sociales y de convivencia. Además, muchas de las viviendas son utilizadas de forma temporal y no pocas se alquilan por horas. "Es un auténtico polvorín que contamina el resto de la ciudad", afirma el regidor de Urbanismo del Ayuntamiento de Manlleu, Josep Colomer, "aunque se han llevado a cabo distintas actuaciones para mejorar la convivencia y superar las barreras de marginación que han marcado el barrio". La mejora de los aspectos urbanísticos y sociales es el objetivo esencial del plan.

- Ca n'Anglada, en Terrassa

Ca n'Anglada, el barrio de Terrassa (Vallès Occidental) que se hizo tristemente famoso en julio de 1999 por el estallido vecinal tras un apuñalamiento, ya ha empezado a transformarse. A finales de 2002 el Ayuntamiento lanzó un proyecto que pretendía la rehabilitación integral del barrio. Ahora, con los 8,5 millones de euros que la Generalitat aportará para este barrio y otros tres que forman parte del distrito 2, los responsables políticos de Terrassa respiran más tranquilos. Lo que hasta ahora eran proyectos y pruebas piloto va a convertirse en realidad. "Integración del distrito en la ciudad y cohesión" es el lema que esgrime Anna Sala, la teniente de alcalde responsable de Acción Territorial y Servicios Urbanos, al hablar del proyecto de rehabilitación de Ca n'Anglada, donde viven 11.000 personas, el 20% de las cuales son inmigrantes. Sala hace el siguiente retrato del barrio: "Mucha gente mayor, un número importante de inmigración, poco comercio, viviendas antiguas y un nivel educativo muy bajo". El sector tiene ya en marcha varios programas sociales -un total de 13-, como talleres para los inmigrantes y actividades deportivas. Esos programas se verán reforzados con las ayudas que se recibirán. Ca n'Anglada también tendrá más espacios, ya que se eliminarán algunos edificios. El otro gran proyecto es la construcción de un puente (ahora sólo existe uno que cruza la riera) y la mejora del acceso al barrio con rutas que lo unan al centro.

- Núcleo histórico de Olot

Degradación urbana por falta de mantenimiento de los viejos edificios y peligro de exclusión a causa de la concentración de inmigrantes con rentas bajas son los principales problemas de esta zona de Olot (Garrotxa). El objetivo del plan municipal es dar un empujón rehabilitador que marque el camino a la iniciativa privada. Así, se prevé crear cuatro espacios públicos -plazas, zonas libres y equipamientos- en torno a los cuales se construirán edificios, algunos de protección social. Las intervenciones públicas deberían servir de acicate a los propietarios y promotores de los viejos y degradados edificios, algunos de los cuales deben derribarse.

El barrio antiguo de Olot ha sido, históricamente, la zona de acogida de la inmigración. En un reciente estudio titulado Els nous olotins se destacaba que los pisos deteriorados de esta zona han sido alquilados "primero a gente del campo que provenía de los pueblos de la comarca, después a inmigrantes del resto de España y más recientemente a extranjeros extracomunitarios con pocos recursos"

En el barrio, que tiene unos 1.800 habitantes, abundan los edificios de cuatro o más plantas que no disponen de ascensor. Más del 10% de las viviendas tienen una conservación deficiente y el 46,5% permanecen desocupadas. El 28,8% de la población lo forman inmigrantes extracomunitarios, la tasa de paro es del 15% y la población con riesgo de exclusión social se ha fijado en torno al 16%. La degradación de la zona y el bajo poder adquisitivo de sus habitantes tienen su reflejo en la economía: una tercera parte de los locales comerciales del barrio están inactivos.

Olot tiene 30.521 habitantes, de los que 3.754 son extranjeros.

- Salt 70, en Salt

Cuando Pasqual Maragall, recién nombrado presidente de la Generalitat, quiso hacer visible la apuesta de su Gobierno por la educación y la integración de la inmigración, decidió visitar las escuelas de Salt (Gironès). Afirmó que en esos centros educativos, con concentraciones de inmigrantes que llegan al 75%, se realiza "la digestión de la diversidad". La mayoría de los habitantes extranjeros de Salt, a pesar de tener sus puestos de trabajo en otras localidades de la comarca, han hallado en el municipio viviendas a mejor precio y compatriotas que han formado su propio tejido social y comercial.

La zona incluida en el proyecto de mejora concentra unos 15.800 habitantes de los 27.000 que tiene en total el municipio. El 30% de sus habitantes son inmigrantes y el mayor grupo de población se sitúa entre los 20 y los 30 años. Salt tiene la mayor densidad de población de las comarcas de Girona: 4.249 habitantes por kilómetro cuadrado.

El Proyecto Salt 70 pretende dedicar el 60% de los fondos a actuaciones urbanísticas, el 40% a equipamientos públicos y el 10% a programas sociales. Con esta subvención, Maragall ha convertido Salt, con un alcalde de CiU, en banco de pruebas y emblema de su política.

- Barrio del Carme de Reus

Cuando la industria del siglo XVIII precisó que se creara en la periferia de Reus (Baix Camp) un barrio obrero, nadie imaginó que en el siglo XXI estaría como está. El barrio del Carme renovará

totalmente su imagen en los próximos 10 años: se pretende que salga del actual estado de degradación y se convierta en un nuevo foco de atracción de la ciudad. El consistorio reusense espera que su plan de reforma sirva para esto. Deberá empezar con la expropiación de 65 inmuebles, entre los que se halla un referente de la arquitectura modernista industrial: la fábrica del Vapor Vell, hoy ocupada por una empresa de mobiliario.

Con anterioridad, el Ayuntamiento había diseñado un ambicioso plan a largo plazo para transformar un barrio viejo -la mayoría de las viviendas se construyeron antes de 1930- abriendo nuevas calles y ubicando centros públicos. Fuentes municipales subrayan que estos trabajos previos, dirigidos por el arquitecto Manuel Solà-Morales, han sido claves para que la Generalitat haya incluido ahora el Carme.

A pocos metros de la famosa estatua del general Prim, junto al hospital y pegado a las murallas de la ciudad medieval, el del Carme ha sido siempre un barrio de trabajadores, ahora foco de atracción de población inmigrante. Con edificios de planta y tres pisos y una población que ronda los 3.500 habitantes, está muy por debajo de sus posibilidades residenciales. Según un estudio municipal, el 78% de las casas están habitadas por menos de siete personas.

Calles estrechas, inmuebles en pésimas condiciones y escasa actividad comercial son hoy las características de este barrio, destinado a convertirse en un motor de la construcción en Reus.

- La Mariola, en Lleida

La Mariola, en Lleida (Segrià), no responde al tipo de barrio antiguo que requiere reformas profundas para renovar su morfología urbanística, sino que en él la degradación es más social que de las viviendas. Situado en la parte más occidental de la ciudad, al otro lado del paseo de Ronda, el barrio empezó a configurarse a finales de la década de los sesenta del siglo XX, ganando espacio a la huerta, para acoger las primeras oleadas migratorias. En él se instalaron mayoritariamente trabajadores y familias de condición humilde.

La Mariola, que en algún momento llegó a tener la consideración de gueto, es un caso típico de zona de realojamiento y concentración de población en situación de exclusión social donde las transformaciones urbanísticas se han producido a un ritmo inferior que en otras de la ciudad. El problema de la Mariola es de cirugía estética, por lo que la estrategia de la Administración consistirá en regenerar los espacios para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Para ello, el consistorio quiere crear nuevas zonas verdes, construir un centro cultural emblemático y mejorar la urbanización de sus calles.

- Centro histórico de Balaguer

La ciudad de Balaguer (Noguera) tiene un grave problema de degradación urbanística en su barrio viejo, localizado en la zona más próxima a las murallas y a la colina de Santa Maria. La antigüedad de los edificios, construidos con materiales poco consistentes, y la estrechez de sus calles han sido siempre un obstáculo a la hora de adoptar soluciones urbanísticas. Las casas, algunas de ellas muy viejas, de reducidas dimensiones y en mal estado de conservación, constituyen un peligro permanente para sus moradores, que en muchos casos las tienen alquiladas.

Balaguer presenta el problema añadido de que para conectar el barrio antiguo con el ensanche de la ciudad se deben salvar dos barreras físicas: la propia colina y el río Segre. El consistorio ha comprado casas viejas del centro histórico y ha mejorado la accesibilidad, pero eso no ha sido suficiente para resolver definitivamente el problema ni para mejorar las condiciones de vida sus habitantes.

Han elaborado esta información Oriol Aymí, Enric Badia, Gerard Bagué, Sílvia Marimon, Cristina Perales, Eli Piñol, Dulce Valero y Lluís Visa.

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