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Los independentistas aspiran a vencer hoy en las elecciones generales de Taiwan

Chen Shui-bian busca una mayoría parlamentaria para iniciar el diálogo con China

Taiwan celebra hoy unas disputadas elecciones legislativas, que definirán el rumbo de las relaciones con China durante los próximos años, actualmente marcadas por la tensión y el enfrentamiento. Los independentistas del Partido Democrático Progresista (PDP), liderados por el presidente Chen Shui-bian, aspiran a lograr una mayoría absoluta que ponga fin a medio siglo de dominio del Parlamento por parte de los nacionalistas. Una victoria del PDP supondría un fuerte revés para Pekín, ya que considera que encaminaría la isla hacia la independencia. China afirma que Taiwan es parte de su territorio.

Taipei vivía ayer sumida en ambiente electoral. Con las calles sembradas de banderolas, fotos de los candidatos ondeando al viento y las caravanas de coches lanzando eslóganes y repartiendo música a golpe de tambor y platillos y los taiwaneses se preparaban para elegir un nuevo Parlamento.

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Las encuestas vaticinan un avance del partido de Chen, que le otorgaría un respaldo fundamental para llevar a cabo las reformas que ha anunciado desde que renovó la presidencia el pasado marzo, pero que se han visto frenadas por un Legislativo controlado por la oposición agrupada en torno al Kuomintang (KMT). Chen pretende redactar una nueva Constitución, lo que ha provocado las iras de China. Pekín ha amenazado con la guerra a Taipei si declara la independencia.

"Una victoria de la coalición verde [el PDP y su aliado Unión de la Solidaridad de Taiwan] permitiría poner en marcha nuevas iniciativas y esperar que antes de dos años haya un diálogo con Pekín", explica Lee Ying Yuan, subsecretario general del PDP. "Chen tendría el apoyo de la gente, y China no podría seguir ignorándole. Si ganan los panazules , la situación seguirá como ahora", dice.

Según Lee, la obtención de una mayoría daría a Chen el respaldo necesario para comenzar a negociar el fin de unas hostilidades que se remontan cinco décadas atrás, cuando los nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron en la isla tras perder la guerra civil con los comunistas de Mao Zedong. Pero para ello, tendrá que lograr al menos 113 de los 225 escaños de la Cámara, algo que no parece fácil, según las encuestas.

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Cambio trascendental

Las anteriores elecciones, celebradas en 2001, supusieron un cambio trascendental del panorama político taiwanés. El KMT perdió por primera vez la mayoría absoluta, ya que logró 68 votos, y su aliado -el Partido Pueblo Primero-, 46, frente a 87, el PDP, y 13 los también independentistas de Unión de la Solidaridad de Taiwan. A pesar de ello, los panazules -dirigidos por Lien Chan- siguen controlando el Legislativo, lo que ha colocado en una situación difícil a Chen, y le resta autoridad ante China.

Según Sun Kauo-hwa, diputado del KMT, "si ganan los panverdes, se moverán más rápido hacia la independencia, y esto creará tensiones, tanto con China, como con Estados Unidos

[que defiende el statu quo]". "Si vencemos nosotros, intentaremos parar esta tendencia en el Parlamento".

Pekín ha mantenido un perfil bajo los días previos a la votación, consciente de que el lanzamiento de misiles y las amenazas realizadas en anteriores comicios tuvieron un efecto contraproducente y dieron más votos a los independentistas.

Los seguidores de los principales partidos se concentraron ayer noche en los mítines de cierre de campaña. Junto a la torre Taipei 101 (un rascacielos de 508 metros de altura), miles de votantes panazules, la mayor parte de más de 50 años, sentados en taburetes de plástico, agitaban banderines con los colores nacionales mientras hacían sonar las bocinas. "Yo voto al KMT porque su política económica es mejor", aseguraba Ku Chi-tung, de 28 años, que trabaja en la banca. En el otro extremo de la ciudad, los panverdes, rodeados de estandartes, escuchaban a sus líderes. "Yo voto al PDP. Taiwan ya es independiente. ¿Por qué tiene que amenazarnos China?", decía Henry Hun, un comerciante de 60 años.

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