Alejandro, del mosaico al celuloide
ES CONOCIDO el impresionante mosaico pompeyano que se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles: en medio de un bosque de caballos y lanzas del que algo aprendieron Paolo Ucello y Velázquez, flotando sobre una laguna de teselas perdidas, de perfil y a caballo, surge Alejandro Magno en aquella batalla que enfrentó a macedonios y persas en Isos. Hasta hoy ese perfil guerrero era la imagen del "mayor líder de la historia de la humanidad". Desde ahora ese icono tendrá que competir con Colin Farrell, al que Oliver Stone ha convertido en el Alejandro de una película cuyo estreno en Estados Unidos el mes pasado despertó la crítica de los más puritanos en virtud de un detalle: la bisexualidad del héroe. La película de Stone, cuya protagonista femenina es Angelina Jolie, se ha adelantado a otra de Baz Luhrmann cuyo reparto estará encabezado por Leonardo DiCaprio y Nicole Kidman. Entre tanto, ya ha prendido la fiebre editorial por el hijo de Filipo de Macedonia, discípulo de Aristóteles, conquistador y mito. De lo histórico y de lo legendario se ocupa Claude Mossé en Alejandro Magno. El destino de un mito (Espasa), una indagación a cargo de toda una experta en la antigua Grecia que le sigue el rastro a su protagonista desde la biografía de Plutarco hasta las novelas de Klaus Mann y Valerio Manfredi sin olvidarse del clásico del siglo XIV Libro de Alexandre. Antonio Guzmán Guerra y Javier Gómez Espelosín (Alianza) y Mary Renault (Booket) también se han acercado recientemente a un personaje, hecho a medias de realidad y de ficción, que murió a los 33 años pero que sigue siendo inmortal.
