Dos estudiantes firman 'La historia del camello que llora'
El documental, sobre una tradición mongola, les ha proporcionado un exitoso debú
Entre los pastores nómadas del desierto del Gobi, en Mongolia, existe una tradición ancestral: cuando una camella rechaza a su hijo recién nacido, se va en busca de un músico establecido en una aldea lejana. Con el sonido de su violín, el músico consigue hacer llorar a la madre y reconciliarla con su cría. Dos estudiantes de dirección en la Munich Film School, Byambasuren Davaa y Luigi Farloni, recogieron este hermoso rito en su primera película, La historia del camello que llora, un documental realizado en el marco académico.
El filme les ha proporcionado un inicio triunfal: se ha estrenado con éxito en varios países, desde Estados Unidos a Francia pasando por Alemania; ha recalado en una veintena de festivales, entre ellos el de Gijón, clausurado la semana pasada, y es candidata a los Premios del Cine Europeo, que se fallan mañana en Barcelona. La película se estrena hoy en las pantallas españolas.
Byambasuren Davaa, la codirectora del filme, es una buena conocedora de la tradición que se cuenta en él. Nacida en Mongolia en el año 1971, la suya es la primera generación sedentaria de su familia. Byambasuren Davaa se trasladó a Múnich hace cinco años, en 1999, y espera concluir sus estudios el año próximo.
La cineasta asegura que la familia protagonista de La historia del camello que llora "comprendió de inmediato que iban a ser los representantes de una cultura, y pronto aceptaron trabajar para nosotros. Se adaptaron de una manera sorprendentemente rápida a la presencia de la cámara, y actuaron con toda naturalidad".
Todo real
La directora explica que no se contaba con un guión previo sino tan sólo con una idea, "y cada día nos deparaba cosas nuevas, imprevistas, así que había que adaptarse a ellas". Asegura que en el filme no hay nada inventado. "En las escenas de los camellos y sus crías todo es real, no se podía inventar nada. En cuanto a los humanos, simplemente hay una cierta escenificación de acciones que ellos realizan todos los días".
La película contó con financiación de la televisión bávara, que la estrenó. Fue el punto de partida de un intenso periplo aún en curso. Davaa se confiesa muy sorprendida por la repercusión del documental. "El hecho de que haya tenido tan buena acogida en culturas diferentes me lleva a pensar que la gente necesita amor. La película es una historia de amor entre padres e hijos, de amor hacia la naturaleza, de amor entre humanos y de amor entre animales", reflexiona.
También teme que La historia del camello que llora acabe convirtiéndose en una losa en su carrera. "Todo lo que haga a partir de ahora será comparado con esta película. Pero es inevitable, debo asumirlo", afirma la realizadora. De momento, ya ha terminado su segundo filme, una película de ficción con elementos documentales, y está a la espera de su estreno en Alemania.
Babelia
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