Soluciones pop
Con 50.000 copias de su último disco, Dead Letters, facturadas en España y el aval de haberse convertido en el nuevo fenómeno de rock oscuro para quinceañeras que llega de Finlandia, el cuarteto The Rasmus hizo una apañada actuación en Madrid, en la que demostró que por muy gótico que se quiera parecer siempre hay soluciones pop para endulzar la propuesta y darle una viabilidad comercial que, en el caso que nos ocupa, resulta muy evidente.
Con la puerta de la sala repleta de jóvenes menores de edad que acompañados de sus padres o madres discutían con el promotor y con la policía municipal para que les dejaran entrar al recinto, sin que los progenitores entendieran que debían comprender que a esas horas, y en un local donde expenden alcohol, está prohibido que entren menores, The Rasmus, mientras tanto, le daban rienda suelta a un rock que al principio amenazaba con oscuridad y pretenciosidad épica. Sin embargo, a medida que iban avanzando los acordes y las canciones quedaba en evidencia que la cosa no era para tanto y que temas como Still standing o la pegadiza F-F-F-Falling, su primer éxito, no tenían como misión más que agradar a unos espíritus adolescentes interesados, por cosas de la edad, en un romanticismo extremo que se expresa mediante guitarras oscuras. Yendo de menos a más en interés, The Rasmus ofreció una convincente actuación.
The Rasmus
Lauri Ylönen (voz), Pauli Rantasalmi (guitarra), Eero Heinonen (bajo) y Aki Hakala (batería). Sala Arena. 20 euros. Madrid, martes 7 de diciembre.
Babelia
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