El fondo por vertidos de hidrocarburos sube hasta 880 millones

Dos años después de su naufragio, el petrolero Prestige ha producido una noticia positiva: ha servido para quintuplicar -de 171 a 880 millones de euros- el fondo internacional de indemnizaciones establecido para cubrir un vertido de crudo, y situarlo a la altura de un desastre de tal magnitud. Cuando el barco se hundió ante las costas gallegas, el 19 de noviembre de 2002, el Fidac (Fondo Internacional de Indemnización de Daños Debidos a la Contaminación por Hidrocarburos) apenas disponía de un monto de 171 millones de euros para paliar los efectos de una marea negra. Era una insignificancia frente a unos daños derivados del vertido del Prestige valorados en 834 millones de euros por el Gobierno español, cifra a la que había que sumar los perjuicios ecológicos y económicos sufridos por Francia y Portugal.

Ahora, ocho países socios del Fidac, entre los que se encuentra España, han suscrito un fondo adicional -que entrará en vigor en marzo de 2005- para cubrir un eventual vertido de crudo que eleva la cifra de indemnización a 880 millones de euros por siniestro. Este fondo ya había sido incrementado de 171 a 240 millones de euros poco después de derramarse ante ante la costa gallega la carga del Prestige, que transportaba más de 77.000 toneladas de fuel pesado. Sin embargo, los incrementos aprobados ahora no servirán para paliar los daños de las víctimas de la mayor tragedia ecológica de la historia española.

Sin valor retroactivo

Sólo servirá para garantizar que, si en el futuro se repite una catástrofe de tal magnitud, no habrá que realizar una distribución que suponga, como ahora, adjudicar al damnificado sólo un escaso porcentaje del total del daño, sino que se cubrirá el 100% del perjuicio sufrido. Tanto los gestores del Fidac, que hablaban de "momento histórico", por tal ampliación, como la Abogacía del Estado y la directora de la Oficina del Comisionado para el Prestige, Purificación Morandeira, habían fijado este aumento como una de sus prioridades. De hecho, vivían con temor el retraso en la firma por parte de España de este fondo adicional, que sólo cubre a sus firmantes, porque si no se suscribía a tiempo se perdería una ocasión de oro para pertenecer a este club y blindar, al menos económicamente, al territorio nacional de una nueva catástrofe medioambiental.

Y este resquemor era más acusado en la medida en que la delegación española en el Fidac había sido promotora de la elevación del monto para indemnizar los siniestros. No en vano, España había comprobado cómo los fondos establecidos para cubrir una marea negra habían quedado absolutamente desbordados a la luz del caso Prestige. El Fidac considera que este fondo multiplicado agilizará, además, las entregas de las indemnizaciones, en la medida en que no habrá que calcular porcentajes ni repartos de una tarta insuficiente.