_
_
_
_
Entrevista:ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ | Pintor | Signos

"A los pintores figurativos nos tienen vetados en este momento"

Juana Viúdez

Andrés García Ibáñez (Olula del Río, 1971) lleva diez años dando cuerpo a su universo artístico: una casa museo situada en la comarca del Alto Almanzora (Almería) que alberga parte fundamental de su obra y otras de artistas como Goya o Rembrandt que han influido en la trayectoria de este pintor figurativo muy reconocido en el Reino Unido. El edificio, impresionante una vez que se han franqueando los muros blancos que le rodean, dispone de 2.000 metros cuadrados de superficie expositiva, y está unido a su taller y domicilio. En él ha invertido todas sus ganancias y, según cuenta, ha tenido que endeudarse considerablemente en los dos últimos años. Le ha costado poco más de 1,5 millones de euros, toda una inversión para evitar que su legado no se disperse cuando haya muerto. Con gran claridad expositiva y mucho orgullo recorre las 16 salas que se abrirán al público a mediados de enero. Será entonces cuando se puedan admirar, por primera vez, parte de las obras de Putrefactos, su última serie.

Pregunta. ¿No es muy pronto para pensar en su legado?

Respuesta. Yo he entregado mi vida entera a esto y me gustaría que mi obra no se disipe cuando no esté aquí. No es un deseo de trascender o de ser muy famoso, eso me parece algo estúpido, sino de garantizar un mínimo de respeto para mi obra cuando no esté.

P. En la actualidad está pintando el ábside de Berja (Almería) ¿Puede declararse agnóstico un pintor que sigue haciendo temática religiosa?

R. Pues sí, porque conocer profundamente la tradición cristiana de Occidente, no te exime de tener crisis de pensamiento. En cuanto comencé a cuestionarme la veracidad de ciertas cosas abandoné la fe y desde entonces he pasado por muchos procesos. Con el tiempo mi escepticismo se ha acentuado hasta no creer prácticamente en nada.

P. Ha hecho 12 retratos en los que arremete contra el Opus Dei y más concretamente contra Escrivá de Balaguer. ¿No tiene miedo de represalias?

R. No, porque las trabas me las han puesto ya. Para mí, Escrivá de Balaguer es uno de los personajes más siniestros de la Historia reciente y sin embargo está en los altares en un proceso de santificación escandaloso. Conozco muy bien al Opus porque estudié Arquitectura en Navarra, con ellos, y he pintado iglesias y catedrales, también para ellos. Entiendo que hoy nadie quiera jugarse el pellejo, pero tengo una necesidad vital de decir lo que siento. De hecho soy una persona que tiene o grandes amigos o grandes enemigos, todo como consecuencia de estar posicionado.

P. ¿Le han censurado?

R. Sí, en una exposición en Granada de la serie Venecia. Les pareció mal que aparecieran monjas prostitutas, cuando es un dato histórico corroborado y cierto que en esta ciudad y hasta el siglo XVIII la mayoría de ellas ejercía la prostitución de élite.

P. ¿No cree que el hecho de que su pintura sea figurativa sea un obstáculo para darse a conocer en España?

R. Por supuesto. Me está costando horrores llegar a donde quiero. Nos tienen vetados por ser figurativos. En mi caso, mi estética viene del estudio profundo de los grandes maestros, y eso es pecado en estos momentos.

P. ¿Qué opina de la sacudida de conciencias en el arte contemporáneo?

R. Muchas veces me resulta algo gratuito, muy poco intelectual. Creo que hay que provocar desde el discurso, mediante un proceso intelectual serio. Por ejemplo, en la última Bienal llega uno y cuelga a un niño de un mástil. A mi eso no me aporta nada, me parece algo muy poco sofisticado.

P. ¿Cómo lleva el paso del tiempo?

R. Está haciendo que cada vez tenga más mala leche (ríe). Desde el 2000 mi obra se ha vuelto mucho más crítica. La serie Putrefactos es para mí el gran fresco de la miseria y la estupidez nacionales que se resisten a desaparecer. Son cuadros que dependen de las noticias del día, de la situación del país, de mis lecturas y en ellos aparecen toreros, folclóricas, romerías, la aristocracia...

P. ¿Qué cotizaciones alcanzan sus cuadros?

R. La más cara vendida en el último año lo ha sido en Londres por 72.000 euros.

P. ¿Cuál fue la primera obra que vendió?

R. No me acuerdo muy bien, pero sí que la primera exposición la hice con 11 años. Eran dibujos infantiles y se vendieron todos.

P. ¿Se podría decir que es autodidacta?

R. Sí, aunque esa palabra no me gusta. Estuve viviendo con mis abuelos paternos hasta los seis años. Mi abuelo era pintor, relojero, carpintero, dorador.... Le decían Pepe el pintor, lo que pasa es que hoy no se habla de él porque el destino es injusto muchas veces con las personas. Él fue quien me abrió al mundo del arte.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_