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LA CONFRONTACIÓN POLÍTICA

Zapatero atribuye los ataques del PP a su Gobierno a un "acceso febril que pasará"

El presidente cree que los populares "no repetirán" la oposición que hicieron entre 1993 y 1996

Luis R. Aizpeolea

José Luis Rodríguez Zapatero cree que el clima de crispación política que ha protagonizado el PP estas dos últimas semanas no responde a una estrategia, sino a una situación "coyuntural". Hizo estas declaraciones en el Congreso, tras la conmemoración de la jornada de la Constitución. "Es un acceso febril que pasará", señaló momentos antes en un corrillo con periodistas. Y lo atribuyó a la confluencia de tres elementos: la comparecencia de José María Aznar en la comisión de investigación del 11-M; la acusación del ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, a Aznar de apoyar el golpe de Estado contra el presidente venezolano, Hugo Chávez, y la decisión del Gobierno de reformar la Ley del Poder Judicial.

Zapatero justificó su intención de quitar importancia al clima político crispado de estas dos semanas en que "es muy díficil para un partido que ha gobernado muchos años el tránsito del Gobierno a la oposición" y "superar los métodos de años de funcionamiento". Añadió que su relación personal con el presidente del PP, Mariano Rajoy, es buena y, a falta de una reunión formal en La Moncloa, esperaba coincidir con él en alguno de los actos de conmemoración navideños.

En un terreno más doctrinal, confió en que baje la crispación en un principio que explicó así: "En política no existe repetición". Se refería a que, a su juicio, el PP no puede repetir ahora la estrategia de confrontación que protagonizó en la legislatura de 1993-1996 contra el Gobierno de Felipe González, cuyo mandato recortó en 15 meses.

Aunque no lo dijo expresamente, Zapatero insinuó que su Gobierno mantiene la iniciativa política, con el paréntesis de estas dos semanas, frente al Ejecutivo socialista de 1993-96 minado por los escándalos, el agotamiento de su programa y la división interna.

Zapatero abordó cada uno de los elementos de confrontación que el PP mantiene con su Gobierno. Defendió la tan cuestionada por el PP reforma prevista por el Gobierno para la elección de miembros de la alta magistratura "por ser más democrática que la vigente pues refuerza la necesidad de consenso". La reforma obliga al Consejo del Poder Judicial a sumar tres quintos de su composición para nombrar altos cargos judiciales cuando ahora sólo es precisa mayoría simple.

Reforzó su defensa de la reforma al recordar que si la mayoría reforzada de los tres quintos se requiere para los nombramientos de los integrantes del Consejo de Administración de RTVE "es lógico pensar que también debe pedirse para los miembros de la alta magistratura".

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En cuanto al conflicto suscitado con el PP por la declaraciones de su ministro de Exteriores sobre Aznar, Zapatero mantuvo una decidida defensa de Moratinos, del que dijo que es "un hombre valiente".

"Han ido a por él desde el principio", dijo en alusión al PP. Reconoció que canceló su viaje a Moscú, previsto para el miércoles pasado, porque "tenía que apoyar a Moratinos y así se lo comuniqué a Vladimir Putin".

Confirmó también que el Gobierno y el Grupo Parlamentario Socialista han adoptado medidas para evitar que se repitan ausencias de diputados que impidan, como sucedió el 25 de noviembre, la aprobación de un texto en el Congreso. En el Consejo de Ministros del 26 de noviembre, tanto Zapatero como la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, llegaron a plantear a los ministros que si el ejercicio de su cargo ministerial les impedía ejercer su papel de diputados, dimitieran de este último cargo. Ayer, Zapatero reiteró que para él "la obligación principal política es cumplir con el Parlamento".

Tras desdramatizar lo ocurrido, apuntó que esta situación no puede repetirse porque "con los 164 diputados de que dispone el PSOE es casi imposible perder una votación".

Satisfacción global

Aprovechó también la ocasión para destacar su "satisfacción global" por el comportamiento de los grupos de apoyo al Gobierno, en alusión a IU y Esquerra Republicana de Catalunya.

Zapatero hizo un balance positivo de los ocho meses de legislatura. "Está teniendo un desarrollo positivo y es normal que, en algunos momentos, suba la temperatura". En la misma orientación de quitar importancia a la situación política, ensalzó la fragmentación política del Parlamento, que obliga a pactos con varios partidos nacionalistas, porque refleja la "pluralidad de España". "Tenemos afortunadamente un Parlamento plural, que es fecundo para la democracia", dijo. Respecto a las conflictivas relaciones del Gobierno con la Iglesia, dijo que en las próximas semanas se verá con el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Rouco Varela.

Zapatero, ayer en el Congreso.
Zapatero, ayer en el Congreso.EFE-POOL

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