Rojo y negro

Esta semana, casi todos los mejores equipos de Primera juegan en casa y, si todo se desarrollase normalmente, no se debería descartar el 1 fijo en el Valencia-Numancia (el Numancia aún no ha puntuado fuera), Deportivo-Sevilla (al Sevilla no se le ha dado últimamente muy bien Riazor), Real Madrid-Real Sociedad (aunque los donostiarras, en las dos últimas temporadas, han sorprendido al Madrid en el Bernabéu, no hay que olvidar que los madridistas acaban de marcar en su campo seis goles al Albacete y cinco al Levante), Espanyol-Mallorca (el Espanyol está realizando una extraordinaria campaña y va a jugar muy motivado después de haber ganado al Zaragoza en La Romareda), Betis-Racing (los verdiblancos han reaccionado y son favoritos en casa) y Osasuna-Zaragoza (en El Sadar, los navarros se crecen y el Zaragoza, además, se ha venido abajo últimamente).

Los triples, para asegurar el Athletic-Atlético (el Atlético ya sorprendió la temporada pasada al Athletic), Málaga-Levante (la situación de los malagueños ya empieza a ser preocupante después de haber perdido sus cinco últimos partidos) y Terrassa-Recreativo (el Terrassa sólo ha ganado uno de sus diez anteriores partidos). Y arriesgarse con el 2 fijo en el Albacete-Barcelona (el Barcelona ya demostró el sábado, ante los malagueños, su excelente momento de forma) y Córdoba-Salamanca (una sola victoria y dos empates ha conseguido el colista esta temporada).

El doble 1-X, para reforzar el Getafe-Villarreal (en el Coliseum Alfonso Pérez se está defendiendo muy bien el Getafe) y Valladolid-Cádiz (los gaditanos han puntuado en sus seis últimas salidas). Y situar la variante X-2 en el Ciudad de Murcia-Celta (el Ciudad de Murcia sólo ha logrado una victoria, mínima, en La Condomina).

Rojo y negro, en dos mitades verticales, son los colores de los leprosos del Newell's Old Boys, así llamados desde que hace años promovieron un partido benéfico para esos enfermos del lazareto de Rosario. Un amistoso del que no quisieron participar los canallas del Rosario Central. Con esos mismos colores, pero de rojo vergüenza y negro futuro, se vestirá el próximo fin de semana el fútbol argentino cuando se consagre el campeón del torneo Apertura de la Liga.

El título estará inevitablemente teñido por el odio, el resentimiento y la pasión enfermiza de los hinchas, contagiada a los jugadores de los equipos involucrados. El Newell's se vio favorecido porque en las tres últimas jornadas le tocó enfrentarse a conjuntos que deseaban la derrota para no favorecer con sus victorias a sus rivales. Primero fue el Boca, que perdió (1-3) frente al Newell's y... dejó fuera de la carrera al River. El domingo, el Gimnasia y Esgrima de La Plata, que perdió (2-0) frente al Newell's y... terminó con las esperanzas del Estudiantes de La Plata. Había que ver a los del Gimnasia festejar los goles del Newell's.

Llega así el Newell's al último partido, frente al Independiente, con tres puntos de ventaja sobre el Vélez. Le basta el empate para ser el campeón. El Independiente, a petición de sus seguidores, está dispuesto a compartir la fiesta porque al Newell's lo dirige el mismo entrenador, Américo Gallego, que le llevó al campeonato en 2002. ¿Cuál será, entonces, el resultado? Los finales anunciados son ya una rutina en el fútbol argentino.

El Newell's será el campeón de peor estadística en los últimos diez años. De 18 partidos jugados hasta ahora ganó diez, igualó seis y perdió dos. El equipo se formó sobre la base de su inagotable y mítica cantera, de la que surgieron Batistuta, Valdano, Balbo, Sensini y, más cercanos en el tiempo, Ponzio, actualmente en el Zaragoza, o Maxi Rodríguez, del Espanyol. A los pibes actuales, como Domínguez, Marino, Belluschi, Scocco o Borghello, se añadió la seguridad del portero de la selección de Paraguay, Villar, y el talento que le queda al Burrito Ortega, de 32 años, el ex ídolo del River y de Argentina, que regresó al fútbol en septiembre tras abandonar Turquía y al Fenherbaçe hace dos años, de ser suspendido por esa actitud y de anunciar su retirada.

No son muchos los méritos del Newell's y por eso necesitó de una ayuda extra y de adversarios blandos para llegar al título. A su vez, los demás han demostrado también la irregularidad propia de cuadros que se forman con chavales muy jóvenes sometidos a demasiada presión.