Doble rasero

Amnistía Internacional exige al Consejo de Seguridad de la ONU un embargo "preceptivo y riguroso" de armas a Sudán. El coordinador de Emergencia de la ONU, Jan Egeland, asegura que en Darfur "es más fácil conseguir un Kaláshnikov que una barra de pan". Y es que Amnistía Internacional (AI) denunció la pasada semana que las fuerzas gubernamentales sudanesas y sus milicias aliadas han utilizado las armas procedentes del comercio internacional "para cometer violaciones graves de derechos humanos, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad" en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, por lo que instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a imponer "un embargo de armas, preceptivo y rigurosamente vigilado, a todas las partes del conflicto de Sudán, incluidas las fuerzas armadas gubernamentales". La organización exigió también que los Gobiernos dejen de hacer "oídos sordos" a las consecuencias del comercio de armas.

El mismo día que Amnistía hacía esta denuncia, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso, por unanimidad, unas sanciones a Costa de Marfil que incluyen un embargo inmediato sobre armas y medidas condicionales contra algunas personalidades del país africano, que entrarán en vigor dentro de un mes. Los 15 miembros del Consejo aprobaron la resolución 1.572, presentada por Francia. El pecado de los marfileños, en este caso, es el de pretender la neodescolonización de su país.

Considero escandalosa la hipocresía con la que actúan algunos Estados; además de los países del este europeo, Francia y Gran Bretaña son los occidentales que más armas venden a Sudán. El doble rasero que se está aplicando, sin duda por intereses económicos, me lleva a desconfiar de los falsos pacifismos practicados por algunos Estados.