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Los conservadores británicos exigen la dimisión del ministro Blunkett

La oposición británica incrementó ayer la presión sobre el ministro del Interior, el laborista David Blunkett, en relación con las acusaciones contra él de abusar de su cargo por haber intercedido personalmente en 2003 para acelerar la expedición de un visado de estancia permanente en el Reino Unido a la filipina Leoncia Casalme, criada de su ex amante. El portavoz del Partido Conservador para asuntos de Interior, David Davis, dijo que si las acusaciones resultan ciertas, el ministro debe dimitir.

El caso amenaza con crear problemas al primer ministro, Tony Blair, cinco meses antes de las próximas elecciones, quien en la campaña de 1997 mantuvo como una de sus banderas la "pureza" de su Gobierno si ganaba.

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"Si el ministro se encargó de presentar los papeles, y eso condujo a ejercer influencia, me temo que hizo una cosa muy imprudente y creo que éste es un asunto como para dejar el Gobierno", declaró Davis ayer a la BBC. Otra dirigente conservadora, Theresa May, también dijo que Blunkett debería considerar su posición.

Blunkett, uno de los principales ministros del Gobierno británico y de los de mayor confianza de Blair, ha negado las acusaciones y la pasada semana ordenó una investigación para esclarecer el caso.

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