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La liberalización costará unos 14.000 empleos

El fin del Acuerdo General sobre Textiles y Vestidos (ATV), que concluirá el 31 de diciembre próximo, tendrá inevitablemente un impacto social negativo en los países productores en desarrollo, particularmente en los que ganaron mercados en base únicamente a su mano de obra barata. Así lo reconoce la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y así lo ha denunciado la patronal española Intertextil, que cree que con la liberalización se perderán unos 14.000 empleos.

El responsable del sector Textiles y Vestidos de la OIT, Jean Paul Sajhau, ha señalado recientemente que es posible que China llegue a representar el 50% de las exportaciones mundiales en los próximos años. El ATV establece un sistema de cuotas de importación por naciones y su fin podría provocar que el aprovisionamiento de textiles y vestidos pase a depender "de seis o siete países, en lugar de los cincuenta que actualmente exportan".

Los grandes perdedores a partir del 1 de enero de 2005 serán algunos países de América Central y el Caribe (principalmente República Dominicana), Filipinas y Bangladesh, entre otros.

Sin embargo, Sajhau ha señalado que la pérdida de empleos a nivel mundial es muy difícil de estimar. En este sentido, sostuvo que en la Unión Europea, donde el sector textil genera 2,5 millones de empleos, se perderán puestos de trabajo. En Reino Unido y Alemania se perderán el 15% y el 13% de los empleos del sector, respectivamente.

Para Bangladesh se manejan cifras totalmente dispares que van desde los 80.000 a un millón de empleos menos como consecuencia del fin del Acuerdo. El ATV, suscrito en 1995, establecía un plazo de diez años para que los países se fueran preparando.

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