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El ex regidor desoyó la advertencia del interventor

Las advertencias que el interventor municipal, Vicente Arnau, hizo en 2001 al entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano, sobre su presupuesto fueron muchas. En primer lugar, le advirtió de que no era ajustado a la legalidad vender suelo público para engordar las arcas municipales y destinar esos fondos a otra cosa que no fuera incrementar el patrimonio municipal del suelo. También recomendó la regulación de la cuenta restringida de 7,1 millones de pesetas anuales que el ex alcalde utilizaba discrecionalmente, y aconsejó que todos los gastos fueran justificados.

En 2000 se destapó que, con cargo a esta cuenta, el alcalde había hecho durante años donativos a instituciones religiosas y algunos viajes particulares con su esposa, María Eulalia Miró, además de pagar un televisor para un hogar del jubilado y diversas cantidades como ayuda a la costurera de su esposa.

Arnau también llamó la atención del alcalde al considerar "inadecuada" su forma de ejecutar el presupuesto al haber gastado en un año tan sólo el 15% de lo presupuestado para obras.

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