Sevilla, récord mundial y negocio
La ciudad prevé un impacto económico de 22,5 millones, y La Cartuja, que ayer tuvo goteras, acogerá a 26.600 personas, el mayor aforo en la historia del tenis
Sevilla no es ciudad susceptible de modestia. Su oferta para que la Federación Española de Tenis (RFET) la eligiera como sede de la final de la Copa Davis fue la de prometer el mayor aforo que se haya visto en un partido oficial de tenis. Para ello, se proyectó la adecuación de una parte del estadio de La Cartuja - que costó más de 144 millones de euros sin que se le haya encontrado aún un servicio continuado para la ciudad- con la intención de conseguir una capacidad de 26.600 espectadores para la final. Ayer aparecieron dos goteras en la cubierta construida sobre la pista, pero parece que Sevilla tendrá su récord.
La Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla han pagado a escote 2,2 millones de euros para que esto suceda; 600.000 euros que se lleva directamente la RFET, que es la que organiza el evento deportivo; más de 800.000 euros por la construcción y compra de la cubierta que se piensa reutilizar en un centro deportivo de barrio y el resto repartido entre gradas, moquetas, sala de prensa, etcétera. Si se cumplen las previsiones, la competición dejará en la ciudad 10 veces más: 22,5 millones de impacto económico directo, según cálculos municipales.
La hipótesis de partida para el cálculo de estos ingresos es que de los 26.000 espectadores que llenarán el Estadio de la Cartuja, 15.000 habrán viajado a Sevilla ad hoc y, al menos 12.000, se alojarán en hoteles de la capital, en los que el nivel de ocupación para estos días ronda el 89%.
Según las reservas que tienen registradas los hoteles, unos (sobre todo los miembros de la organización, los equipos, los más de 800 periodistas y los aficionados estadounidenses) llegarán antes para prepararse, mientras que otros apurarán el puente, pero casi todos se quedarán de media cinco días en la ciudad. En total, 60.000 pernoctaciones que a 150 euros de promedio por persona y día, suponen 9 millones de euros de ingresos sólo en concepto de alojamiento, una cifra muy por encima de la habitual en plena temporada baja.
Los previsiones juegan, además, con la premisa de que los aficionados al tenis, o al menos los que consiguen entrada para una final de la Copa Davis, tienen un poder adquisitivo alto, por lo que el sector de la restauración podría ingresar unos 6 millones de euros (15.000 personas que almuerzan y cenan en la calle durante cinco días a una media de 40 euros por comida). Se calcula que entre partido y partido los visitantes se gastarán alrededor de 400 euros en compras y ocio durante su estancia, más 100 euros diarios en transporte, lo que supone otros 7,5 millones entre estos dos conceptos. Aunque a primera vista parecen cálculos hechos con mucho optimismo, el delegado municipal de Presidencia, Alfonso Rodríguez (PSOE), insiste en que "posiblemente se queden cortos". A estos ingresos directos habrá que sumar la repercusión económica del evento, que se verá por televisión en 160 países. Tres días en prime time con 2.500 millones de espectadores potenciales. RTVE ha desplazado a Sevilla a más de 100 trabajadores para intentar batir el récord de 26 millones de espectadores (reales) en la Davis.
Por su parte, la RFET cree que obtendrá unos beneficios de entre 1,5 y 2 millones. En el concepto de ingresos se calcula que habrá 2,5 millones por taquillaje, un millón por explotación comercial, 600.000 por el canon de la sede y varios millones más por explotación estática de la pista a través de la Federación Internacional con contratos comerciales y explotación de derechos de televisión. El equipo ganador recibirá medio millón de dólares y el subcampeón 270.000. dólares.
El borrón de los abonos
La venta de los abonos se ha convertido en la gran mancha de la organización de la final de la Davis. El acuerdo entre la Federación Española de Tenis y el Ayuntamiento pasaba por que en Sevilla se vendieran 3.100 localidades, aparte de las casi 4.000 que tiene la federación andaluza, las 1.000 de las administraciones y las 1.200 regaladas a colegios por su mala ubicación. Según la federación, se sacaron a la venta 1.845, la mayoría de ellas de las más baratas (60 euros), en las que se advierte de la escasa visibilidad.
Lo peor es que las cifras no coinciden en muchos casos con las que salieron por la ventanilla de los puntos de venta de El Corte Inglés. En uno de sus centros se vendieron supuestamente 685, aunque el listado elaborado por los aficionados, que hicieron hasta 15 horas de cola el pasado día 25, se quedó en el número 96. El que tenía el 97 ya no pudo comprar, por lo que como mucho se vendieron 384 (96 personas a cuatro localidades como máximo).
La indignación de los aficionados ha forzado una nueva negociación que ha culminado con la venta de 600 abonos más en el polideportivo San Pablo.
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