La Eurocámara deja abierta la puerta para que Turquía sea socio de la UE sin entrar en el club

El Parlamento Europeo apoyó ayer el inicio de negociaciones con Turquía "sin demora injustificada", pero dejó abierta la opción de que este país se convierta en un socio privilegiado de la UE sin llegar a ser un Estado más de la Unión, a la vez que apoyó todas las estrictas condiciones propuestas por el Ejecutivo comunitario y añadió la de tener en cuenta la opinión de los ciudadanos europeos. Así se recoge en el informe aprobado por la Comisión de Exteriores de la Eurocámara y que será votado en pleno el día 14, dos días antes de la cumbre europea para abrir el diálogo con Ankara.

El proyecto, redactado por el conservador holandés Camiel Eurlings, fue dulcificado en la citada comisión gracias a las enmiendas incluidas, sobre todo por los socialistas. Así, en la versión inicial se indicaba en uno de los párrafos: "El inicio de las negociaciones será el punto de partida para un proceso de larga duración que, por su propia naturaleza, reviste carácter abierto y no tiene por qué conducir a priori y de forma automática a una adhesión". Ayer se añadió a ese párrafo que "el objetivo de las negociaciones consiste en que Turquía sea miembro de la Unión, pero lograrlo dependerá de los esfuerzos de ambas partes".

Los conservadores holandeses están encuadrados en el grupo de políticos europeos que, en lugar de la adhesión, prefieren una "alianza estratégica" con Turquía, que es la hipótesis que también ha manejado el canciller austriaco, Wolfgang Schussel. El primero fue el encargado de hacer el informe en la Eurocámara y el segundo es el coordinador del Partido Popular Europeo (PPE) para la cuestión de Turquía.

En los considerandos del informe aprobado ayer, el holandés Eurlings destaca que "los ciudadanos de la UE han manifestado graves reservas ante la posible adhesión de Turquía". El documento reconoce los "impresionantes esfuerzos" hechos por Ankara en su camino reformista (desaparición de la pena de muerte, menor papel del ejército, reconocimiento de derechos de minorías...), pero añade que "sólo demostrando la voluntad de asumir los valores de la UE con la puesta en práctica de reformas permanentes" se podrá conseguir "el apoyo necesario de la opinión pública de la UE". En la versión inicial del informe, ni siquiera se apostaba expresamente por el inicio de las negociaciones, un punto que finalmente se añadió con una enmienda apoyada también por el ponente, a la vez que se rechazaba otra enmienda que apoyaba directamente esa alianza privilegiada entre la UE y Ankara. El informe del Parlamento Europeo fue aprobado en la Comisión de Exteriores por 50 votos a favor, 18 en contra y seis abstenciones.

Unas horas antes, y en la Comisión de Asuntos Constitucionales, también quedó aprobado el informe sobre el Tratado constitucional europeo, cuyos ponentes han sido el español Íñigo Méndez de Vigo (PPE) y el británico Richard Corbett (socialista). En este caso, el Parlamento pide a los 25 Estados de la Unión que ratifiquen la Constitución (Lituania ya se ha adelantado y lo ha hecho) antes de mediados de 2006 porque "aportará un marco estable y duradero para el futuro desarrollo de la UE".

El informe concluye que el Tratado constitucional "es un buen compromiso" y supone una clara mejora con respecto a los actuales tratados. Corbett destacó ante los periodistas que, con la Constitución, la UE "será más eficaz" y Méndez de Vigo negó que contenga pocos avances sociales, como señalan algunos socialistas franceses. "Si embarranca", dijo Méndez de Vigo, "será entonces cuando no haya Europa social en mucho tiempo".

También el socialista español Carlos Carnero declaró que la Constitución "no debilita la dimensión social de la UE, sino que la fortalece", a la vez que apuntó que el sí de la Eurocámara al Tratado constitucional constituye una demanda al voto afirmativo en el referéndum que se celebrará en España el 20 de febrero.