"Nos derriban pero no nos rematan", dice el prelado de Santiago en el jubileo de los obispos

"Con mucho valor, sabiendo que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". Este es el testimonio que el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, reclama a la jerarquía del catolicismo español, que ayer cerró su última asamblea de 2004 ganando el jubileo ante el apóstol Santiago, rito del botafumeiro incluido. Más tarde, el medio centenar de obispos y sus invitados -entre ellos, el nuncio del Papa en Madrid, arzobispo Manuel Monteiro; el obispo de Gibraltar, Charles Caruana, y el prelado polaco Andrzej Dziuns- fueron recibidos por el presidente de la Xunta, Manuel Fraga.

El viaje de los prelados españoles a la capital de Galicia, después de cuatro días de reuniones en Madrid, tenía como objetivo dar "gracias por el patrocinio de Santiago, que una vez más se está mostrando tan valioso en el fortalecimiento de la fe de Cristo entre las gentes y los pueblos de España", dijo el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco. "El señor está regalando a su Iglesia una nueva generación de jóvenes católicos que constituye una prometedora realidad", añadió.

El arzobispo compostelano fue menos optimista. "Llamados a dar testimonio del Evangelio, sabemos que es un tesoro que llevamos en frágiles vasos para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros, pues nos aprietan por todos los lados pero no nos aplastan; estamos apurados pero no desesperados; acosados pero no abandonados; nos derriban pero no nos rematan", dijo Julián Barrio.

[La diócesis de Cartagena se sumó ayer a una campaña de recogida de firmas de la Confederación Católica de Padres de Alumnos para hacer constar su "oposición al proyecto del Gobierno" en materia de enseñanza religiosa].