Rumania elige el Gobierno que dirigirá su entrada en la UE
Las acusaciones de corrupción han marcado una dura campaña electoral
Tras una campaña marcada por las promesas de lucha contra la corrupción y por las acusaciones -"mafioso" es el insulto más leve que se han cruzado los candidatos-, Rumania elige mañana el Gobierno y al presidente con los que entrará en la Unión Europea. Con las negociaciones a punto de concluir, seguramente a principios de diciembre, y una dura agenda de deberes impuesta por Bruselas, que debe cumplirse antes del ingreso, en enero de 2007, los programas de los socialdemócratas en el poder y del centro-derecha en la oposición se parecen como dos gotas de agua.
Antes de los comicios parlamentarios y presidenciales, que deberán dirimirse en una segunda vuelta el 12 de diciembre si ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta, no ha habido ninguna encuesta independiente, pero incluso los sondeos encargados por la oposición dan una ligera ventaja al Partido Social Demócrata (PSD) de Adrian Nastase frente a la coalición liberal Justicia y Verdad (DA), de centroderecha, liderada por el alcalde de Bucarest, Traian Basescu. Ion Iliescu, presidente durante 11 de los 15 años de democracia en Rumania, no ha podido volver a presentarse; pero tiene casi asegurado un escaño en el Senado, puesto desde el que, según varios periódicos, seguirá moviendo los hilos del país si gana su formación, el PSD.
Los sondeos coinciden también en que se producirá un descenso del partido ultraderechista Rumania Grande, que obtuvo el 20% de los votos en 2000. Ahora ha intentado reconvertirse a un extraño centrismo teñido por los mensajes religiosos de su líder, Corneliu Vadim Tudor, pero ni socialdemócratas ni liberales parecen dispuestos a formar una coalición y entrar en la UE de su mano en caso de que no logren una mayoría suficiente. Su último acto de campaña en Bucarest fue la presentación de un libro de aforismos, titulado El ángel herido. Con voz solemne, tras explicar su devoción religiosa, Tudor leyó unos cuantos extractos. "Igual que Jesús, Rumania está crucificada entre dos ladrones: la mafia interna y el nuevo orden mundial", fue uno de ellos. La Unión de los Magiares de Rumania (UDMR), de Marko Belka, puede convertirse, de nuevo en la formación clave para formar Gobierno si supera el 5%, límite para entrar en el Parlamento. De los 18 millones de rumanos convocados a las urnas, 1,6 son de origen húngaro.
"La opinión pública tiene la sensación de que todos los políticos son corruptos y de que están en el poder para hacer negocios", asegura Sorana Parvulescu, investigadora de la Sociedad Académica Rumana (SAR), un grupo de análisis que, junto a otras 10 ONG, ha lanzado una campaña contra la corrupción que tuvo el efecto de una bomba. Además de repartir folletos con el lema "Votad con los ojos abiertos: elegid un Parlamento limpio", publicó una lista con los nombres de 153 personas que aparecen en las listas electorales y están implicadas en diferentes escándalos.
Gran obstáculo
La lucha contra la corrupción es uno de los mayores obstáculos para que Rumania cierre sus negociaciones con la UE. Ayer se cerraron tres capítulos -fiscalidad, medio ambiente y otros-, pero dos permanecen sobre la mesa: competencia y política interior y justicia. Ambos están relacionados con el centro de la campaña. "La entrada en la Unión no ha sido un tema electoral, porque es algo en lo que todos están de acuerdo", explica el analista Daniel Barbu, profesor del Instituto de Investigaciones Políticas. "El principal tema ha sido la corrupción. De hecho, ha sido quién es el más corrupto".
El mensaje de Basescu, y del candidato a primer ministro de su coalición, Calin Popescu Tariceanu, ha sido acusar de corrupto y neocomunista al Gobierno de Nastase, ahora candidato a la presidencia. Su ministro de Exteriores, Mircea Geoana, opta a la jefatura del Gobierno. Los socialdemócratas han vendido su gestión económica -un crecimiento del 6,6% y un descenso de la inflación por debajo del 10% por primera vez desde el final de la tiranía de Ceaucescu- y el haber puesto a Rumania a las puertas de la UE. "Hemos hecho muchas cosas juntos. Vamos a terminarlas", ha sido uno de los mensajes más repetidos por Nastase.
"El Gobierno es profundamente corrupto y gobernó para sus clientes, no para los 22 millones de rumanos", responde Basescu con rotundidad cuando es preguntado, en la sede de su partido, por los escándalos recientes. La coalición contra la corrupción no oculta su preferencia por el alcalde de Bucarest. Otros expertos independientes insisten en que se trata de un fenómeno que afecta a toda la sociedad -hay que pagar sobornos para ser atendido en la sanidad pública, por ejemplo- y a todos los partidos y que sólo la entrada en la UE puede empezar a despejar el panorama. "Es mejor estar dentro para ayudar a solucionar los problemas", asegura el director de la Sociedad Rumana de Economía, Daniel Daianu, que fue ministro de Finanzas en calidad de independiente en 1997. "Pero hay un aspecto positivo incontestable: la evolución macroeconómica de Rumania. Aunque no soy optimista, porque soy economista, existen indicios objetivos de que este episodio de modernización tiene una oportunidad de ser confirmarse", agrega Daianu.
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