Viajeros de Acción de Gracias

Después de unas elecciones tan divisivas, los estadounidenses están hoy unidos, al menos gastronómicamente: todos comen pavo para celebrar Thanksgiving, el Día de Acción de Gracias. Hasta el presidente, George W. Bush, hizo un poco de sátira al respecto durante la tradicional ceremonia anual del perdón del pavo en el Rose Garden de la Casa Blanca. Este año perdonó dos, como símbolo de las dos Américas.

El mejor indicio de que todo ha vuelto a la normalidad en Estados Unidos y no sólo en política es el número de ciudadanos que previsiblemente viajarán hoy para celebrar Thanksgiving con sus familiares, más de 37 millones. El temor a volar tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 había dejado en tierra a muchos estadounidenses en los últimos años.

Según datos de la American Automobile Association, cerca de un 4% más de norteamericanos se desplazarán este año de sus hogares para el puente que comienza hoy y se prolonga hasta el domingo. Más de 30 millones lo harán en coche, cerca de cinco en avión y el resto en tren o autobús. Bush, que pasará la fiesta con su familia en su rancho de Crawford, Tejas, adelantó la fiesta al día de ayer para celebrarlo con los reyes de España, de visita en el rancho.

Este año la moda es comer pavo de granja, heritage turkey, para recrear mejor la tradición que comenzó en 1621, cuando los peregrinos del Mayflower llegaron a Plymouth, Massachusetts. Se consumirán unas 20.000 aves de esta "solera de reserva", un aumento notable, teniendo en cuenta que hace seis años sólo se criaron 1.335 en todo Estados Unidos.

De los normales - los criados en plan comercial en tres meses en vez de en ocho meses como los heritage- hay 274 millones, una gran parte de los cuales acabarán hoy en la mesa. Una de las granjas heritage más famosas es propiedad del matrimonio Mary y Rick Pitman, en Fresno, California. Los Pitman no han dado abasto: "El año pasado vendimos mil pavos; éste, 6.000".-