Liberados los tres empleados de la ONU secuestrados hace casi un mes en Afganistán
"No les han tratado mal", declara el abogado español casado con la rehén norirlandesa
Los tres trabajadores de Naciones Unidas secuestrados en Afganistán fueron liberados ayer sanos y salvos, después de pasar casi un mes en cautividad. "En general no les han tratado mal", señaló desde Kabul el español José María Aranaz, asesor jurídico de Naciones Unidas y esposo de la norirlandesa Anetta Flanigan, que fue secuestrada en la capital afgana junto a la albanokosovar Shqipe Hebibi y el filipino Angelito Nayan. El Ministerio del Interior afgano dijo que no se habían cumplido las exigencias de los secuestradores, ni se produjo una intervención armada.
"Ningún prisionero ha sido liberado, no se ha pagado dinero, ni ninguna de las exigencias de los secuestradores ha sido cumplida", aseguró Ali Jalali, ministro de Interior afgano. "No se ha producido una operación militar para liberar a los rehenes. Fueron abandonados en algún lugar de Kabul", agregó Jalali, quien insistió en que las autoridades continuaban la búsqueda de los responsables del secuestro, un grupo llamado Jaish-e-Muslimin (Ejército de Musulmanes), una facción radical escindida de los talibanes.
El grupo exigió la excarcelación de 24 presos talibanes a cambio de la liberación de los tres occidentales, secuestrados el 28 de octubre poco después de las elecciones afganas en las que habían trabajado para Naciones Unidas. Sus primeras exigencias incluían también la salida de todas las tropas extranjeras de Afganistán. Jaish-e-Muslimin había amenazado con decapitar a los tres occidentales en caso de que no se cumpliesen sus amenazas.
Los secuestrados fueron liberados de madrugada, un día después de una operación conjunta de las fuerzas afganas y estadounidenses en el centro de Kabul y en el norte de la capital durante la que murió un sospechoso y más de una docena de personas fueron detenidas, aunque anoche no estaba claro si esta intervención tenía relación con el desenlace del secuestro.
Anetta Flanigan, de 43 años; Shqipe Hebibi, de 36, y Angelito Nayan, de 34, fueron abandonados a primera hora de la mañana, en torno a las 6.30, en un parque de Kabul. Tras ponerse en contacto con la ONU y con sus familias, se desplazaron a una base de las tropas internacionales de la ISAF, donde fueron sometidos a exámenes médicos.
"Está bien y muy contenta de estar en libertad", señaló José María Aranaz por teléfono desde Kabul. "En general no les han tratado mal, aunque han tenido sus más y sus menos. La alternativa de que se hubiesen cumplido sus amenazas era terrible", agregó el abogado español, que trabaja para Naciones Unidas. En cuanto a la posibilidad de que se hubiese pagado un rescate, Aranaz señaló: "A nosotros el Ministerio del Interior afgano nos ha dicho que no se han cumplido ninguna de sus exigencias".
Anoche, todavía no sabía si se iban a quedar en Afganistán -"nos gusta mucho el país; pero una cosa es lo que puedes hacer y otra lo que debes"- y tampoco tenía datos certeros sobre los auténticos responsables del secuestro, si se trataba de un grupo de delincuentes comunes, de una banda terrorista o de una mezcla de ambos.
Rechazo de la sociedad
"Ha habido mucho más riesgo para los secuestradores de lo que pensaban, porque se ha activado una impresionante maquinaria policial y militar", agregó Aranaz, quien destacó la movilización y el rechazo de todos los sectores de la sociedad afgana, incluyendo a los talibanes, contra el secuestro. "No sé si se puede repetir esta situación", respondió al ser preguntado sobre la posibilidad de que se produzcan en el futuro más secuestros de extranjeros. "El pueblo afgano sabe que no puede permitirse estas cosas".
Jais Akbar Agha, portavoz del grupo que se responsabilizó del rapto, aseguró que habían sido excarcelados 24 presos a cambio de la liberación de los trabajadores de la ONU, algo que fue radicalmente negado por el Ministerio del Interior.
Los tres secuestrados, con una amplia experiencia en misiones en zonas de conflicto, habían trabajado para Naciones Unidas en las elecciones afganas celebradas el 9 de octubre y que ganó el presidente Hamid Karzai.

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