Pinceladas 'góticas'
En la sala de exposiciones temporales de la fundación BilbaoArte, en la calle Urazurrutia, está exponiendo una serie de nueve fotomontajes de formato medio Ixone Sadaba (Bilbao, 1977). La muestra se presenta como Morir de éxito en Bilbao. El título nos trae a la cabeza Bilbao la muerte, del dibujante Juan Carlos Eguillor. No obstante, los caracteres góticos que acompañan a la tarjeta de promoción nos trasladan a otro universo, nos hablan de una mirada a la villa del Nervión desde una perspectiva bastante diferente, más apegada a lo etéreo de una moda inspirada en algunos países centroeuropeos que a la propia idiosincrasia bilbaína. Digamos que la joven autora se ha inclinado, al menos en primera instancia, por ese estilo conocido como gótico donde se mezclan pequeñas dosis de rebeldía, mucha estética de lo sangriento y macabro, pinceladas de una vestimenta algo inspirada en el siglo XIX y referencias colaterales a cuentos más tenebrosos que fantásticos. Si bien estos factores pueden ser determinantes, la deriva de la autora busca también una singladura mitológica. Las máscaras de los modelos así lo quieren indicar y sobre todo la explicación que la fotógrafa ofrece al señalar la idea de partida de sus representaciones: "seres mitológicos en la búsqueda de un sacrificio que otorgue la capacidad de olvidar ".
El recorrido profesional de la autora comienza una vez acabados sus estudios de Bellas Artes, donde se especializó en escultura. La necesidad laboral le llevó a Madrid, donde trabajó en publicidad, y fue así como se acercó a la fotografía. Ahora después de haber disfrutado una beca de un año en BilbaoArte nos ofrece los resultados. De ellos se desprende una euforia juvenil, plagada de pensamientos confusos e ideas sin madurar. Vaivenes sólo enderezables con tutelaje externo, con orientaciones imprescindibles para seguir presente en los circuitos de la creación artística y sólo digeribles desde la humildad y la sencillez de comportamientos.
Las nueve imágenes en cuestión están compuestas a partir de fragmentos fotográficos autónomos. Las tomas han sido realizadas con una cámara de placas (9x12) para conseguir ampliaciones con nitidez garantizada. Posteriormente, una vez escaneadas, se fueron montado desde un programa photoshop. La serie se divide en tres grupos y cada uno de ellos utiliza el mismo escenario de contexto: un pabellón repleto de columnas, el hospital abandonado de Leioa y el nuevo puente frente a la Universidad de Deusto. Quizás en este último podamos encontrar la composición más impactante: una mujer con una cabeza cortada en la mano y en el suelo un joven con un hacha incrustado en su cabeza. Poco espíritu y mucha sangre.
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