_
_
_
_

Trump solicita por segunda vez en 12 años la suspensión de pagos para su cadena de casinos

El desfase contable en el grupo Trump Hotels & Casino Resort asciende a 1.384 millones

Donald Trump, el magnate neoyorquino conocido por el concurso de Miss Universo y sus lujosos rascacielos en Manhattan, declaró ayer en suspensión de pagos, por segunda vez en 12 años, su imperio de casinos en Atlantic City (Nueva Jersey,EE UU). El agujero en las cuentas de Trump Hotels & Casino Resorts supera los 1.384 millones de euros (1.800 millones de dólares). Con la declaración de suspensión de pagos, Trump espera reducir la deuda del grupo en 384 millones de euros y conseguir los fondos necesarios para modernizar sus viejos centros de juego.

La primera suspensión de pagos de los casinos de Trump se produjo en 1992. El domingo volvía a repetirse la historia 12 años después ante la corte del distrito de Camden (Nueva Jersey), tras una larga negociación con los acreedores y la ejecutiva del holding para que la suspensión se presentara de forma voluntaria. Donald Trump llevaba desde agosto planeando la operación, mientras veía cómo sus rivales se afanan en una batalla por la consolidación en el reino de las apuestas y le comen terreno con sus modernos centros de juego.

El negocio de casinos de Trump está integrado principalmente por tres propiedades en la ciudad de Atlantic City: el Taj Majal, el Plaza y el Trump Castle. La reciente apertura del Borgata Hotel Casino & Spa ha dañado seriamente su negocio. El magnate posee, además, un centro de juego en Indiana y gestiona otro en California, junto al famoso Trump International Hotel & Tower en Nueva York. Pero ésta es una pequeña parte de su fortuna, que se construye sobre la inmensa riqueza inmobiliaria por todo el país, pero sobre todo en Nueva York y Chicago.

Fama y negocios

"Los casinos representan menos del 1% del valor de mi fortuna, pero sigue siendo importante para mí", declaró ayer Donald Trump. Su fama como hombre de negocios saltó al estrellato el año pasado con la serie de televisión The apprentice, donde, paradójicamente, enseña a un grupo de jóvenes a gestionar una compañía antes de convertirse en verdaderos tiburones de los negocios. Y si fracasan, "your are fired" (estás despedido), una muletilla que se ha hecho famosa en todo el país.

"El examen se lo debería aplicar a él", comentaban en las distintas cadenas de televisión después de que se anunciara la suspensión de pagos del negocio de casinos que fundó. Tras la suspensión y reestructuración del grupo, Donald Trump controlará el 27% de los activos del holding de casinos, frente al 54,4% actual. Era una condición necesaria para que el magnate neoyorquino siguiera en el puesto de presidente ejecutivo. A pesar de esta reducción, Trump seguirá como el principal accionista individual de la compañía. Además, el empresario se compromete a invertir 42,3 millones de euros (55 millones de dólares) de su fortuna en efectivo y otros 12,4 millones de euros (16,4 millones de dólares) en bonos. "No creo que sea fracaso: es un éxito", dijo Trump refiriéndose al desenlace de la operación financiera. "Era la mejor de las alternativas posibles y simplemente se trata de una cuestión técnica", remachó. En auxilio del imperio del juego construido por Trump han acudido los bancos de inversión Bear Stearns, el Bank of New York, J. P. Morgan Chase y Goldman Sachs, entre otros acreedores. Morgan Stanley se ha comprometido a financiar con 385 millones de euros la renovación de los casinos y Beal Bank aportará otros 77 millones.

La medida permitirá reducir la deuda del holding en 385 millones de euros. Con el plan de reestructuración consigue, además, reducir el tipo de interés del 15% actual al 8% y suscribir una línea de crédito por 385 millones a un tipo del 4%. En agosto, el grupo bancario Credit Suisse First Boston anunció que participaría en el plan de recapitalización. Pero esta opción no ha llegado a concretarse.

El objetivo del magnate es superar la situación cuanto antes y recuperar el control del holding, como tras la suspensión de pagos de 1992. Los analistas de Wall Street aseguran que el negocio de casinos de Trump es "competitivo" y auguran que la suspensión permitirá recuperarlo "con más fuerza".

"No es el día del juicio final", afirman desde Lehman Brothers, "simplemente necesita sanear su deuda". Los altos tipos de interés que está pagando Trump por las deudas heredadas tras la primera suspensión, explican, le impedían hacerse con capital para financiar las mejoras que necesitan sus viejos centros de juego.

Donald Trump, ante la Bolsa de Nueva York en 1995.
Donald Trump, ante la Bolsa de Nueva York en 1995.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_