Los detenidos por el crimen de la movida de Cádiz cometieron dos agresiones más en cinco días

El comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía de Cádiz, José María Deira, informó ayer de que la agresión que costó la vida a Francisco Gamboa, de 23 años, la madrugada del pasado viernes en la Punta de San Felipe, una de las zonas de la movida juvenil de la ciudad de Cádiz, fue la tercera que cometieron los detenidos por este crimen -de edades comprendidas entre los 17 y los 23 años- en sólo cinco días. Nueve de los diez implicados tenían, además, antecedentes penales por delitos de robo con violencia cuando eran menores de edad algunos de ellos.

Dos de los presuntos implicados en el crimen de la movida de Cádiz han ingresado en la prisión de Puerto II, en El Puerto de Santa María, y otros dos están internados en un centro de menores en Almería. Los seis restantes han quedado en libertad, la mitad de ellos, con cargos.

Una semana después del crimen, el comisario ofreció todo tipo de detalles sobre la agresión mortal al estudiante de Trabajo Social de la Universidad de Cádiz. Según relató, la víctima fue agredida con un cuchillo con el que se le asestó una puñalada en el costado izquierdo. Asimismo, cuando ya estaba en el suelo fue golpeado de forma violenta con patadas y con una señal de tráfico de unos dos metros y medio de altura que previamente había sido arrancada del suelo.

"Me pregunto en qué estado mental están los agresores de Francisco Gamboa que emplearon unas cotas de violencia de tal envergadura que da que pensar", afirmó José María Diera.

Los detenidos han reconocido que bebieron alcohol y fumaron hachís. Sin embargo, el presunto autor de la puñalada, cuya identidad se corresponde con las iniciales J. C. M. L., ha negado que agrediera a la víctima con un arma blanca. Ha reconocido, con todo, su participación en la agresión y que golpeó al fallecido con la señal de tráfico. Según explicaron en su comparecencia pública los responsables policiales, los golpes con esta señal, cuyo tamaño es el doble de lo normal, puede aumentar el grado de responsabilidad del resto de los implicados puesto que, según el juez, su impacto podría haber resultado mortal.

La principal arma del crimen sigue considerándose el objeto punzante, con el que fue apuñalado Francisco Gamboa. En uno de los registros domiciliarios, los agentes han requisado un cuchillo de cocina, que está siendo investigado por la unidad científica de la policía en Sevilla, ya que la herida fue producida por un elemento cortante con una hoja similar.

El comisario provincial respondió también a las reclamaciones de vecinos y propietarios de bares y discotecas de la Punta de San Felipe de más seguridad en esta zona de ocio donde se ubican bares y discotecas. José María Deira se cuestionó ese modelo de movida. "¿Cuánta policía necesitamos para controlar en un solo punto entre 7.000 y 8.000 personas?", se preguntó. Recordó que Cádiz tiene más de 140.000 habitantes y que los agentes nacionales trabajan "para toda la ciudad, no para sólo un barrio".

Abogó por dispersar los establecimientos nocturnos para evitar la aglomeraciones, tal y como ha ocurrido en otras ciudades del entorno de la Bahía de Cádiz, como El Puerto de Santa María, donde Deira fue comisario.

Sobre el crimen de Francisco Gamboa y sus agresores, se pronunció ayer en Cádiz el Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, quien sostuvo que "los jóvenes tienen mucho que decidir" para evitar los casos de violencia callejera. Cree que hace falta educación en valores para "los jóvenes y los más adultos porque se están perdiendo referencias". Chamizo alertó de que al consumo de alcohol y hachís entre los chavales, se ha unido ahora el de la cocaína, droga bajo cuyos efectos, según el Defensor, "se pueden cometer barbaridades".