Un barrio a ciegas
Vecinos del barrio de Pacífico, en el área comprendida entre la avenida de Méndez Álvaro y la avenida de la Ciudad de Barcelona, hasta las glorietas de Atocha y de Mariano de Cavia, quedaron sin fluido eléctrico desde poco antes de las cinco de la tarde hasta la noche. A las 23.30 aún no se había restablecido por completo el suministro en esta zona, que alberga alguna de las manzanas más pobladas de la ciudad. Asomados a las ventanas, muchos vecinos contemplaban el trajín de vehículos policiales y de bomberos en dirección a la subestación incendiada.
"Estuvimos sin luz hasta las 20.30", comenta cariacontecida una joven uniformada, empleada de una gasolinera de la calle de Méndez Álvaro. "Tres horas con la nevera llena y apagada", se queja otra vecina de la calle de Oriana, en el Pasillo Verde. Isabel Felipe comenta que tuvo que descartar hacer la compra en su supermercado, como tenía previsto. "Lo único que pude hacer fue agenciarme unas velas de cera, por si el apagón se prolongaba durante la noche", dice.
Dificultad añadida presentaron los portones de garajes de las casas de la zona, bloqueados por la falta de fluido eléctrico. Muchos conserjes dirigían el tránsito con linternas.
Luis Sierra, vecino de Alameda, 18, contigua al incendio que devastó el 15 de julio la subestación de Mediodía, se lamenta: "Aún tenemos allí en los aparatos de aire acondicionado grumos cancerígenos del incendio de toneladas de aceites orgánicos que, como aquí, allí ardieron, y nadie quiere hacerse cargo".
En torno a las 21.30, la subestación humeaba aún y desprendía nubes muy densas de gases blancos que se rompían en copos.
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